La cultura es la base de los pueblos. Es la que dice quiénes son, de dónde vienen, cómo se relacionan y hacia dónde avanzan. Sus diversas manifestaciones, que abarcan desde los más preciados monumentos históricos y museos hasta los ritos tradicionales y el arte contemporáneo, enriquecen nuestro día a día de múltiples maneras mucho más allá de la idea de ser un mero adorno. Muy ligadas a ella la ciencia y la educación. La primera como innovación, progreso y solución de problemas; la segunda como base para que las nuevas generaciones puedan competir, en igualdad de condiciones y de oportunidades, por el desarrollo de sus países.
Al finalizar la II Guerra Mundial se hizo patente la necesidad de un organismo regulador e independiente que velara por hacer llegar la cultura y la educación a todos los ciudadanos y, con ellas, devolver la calidad de vida a todas las sociedades que habían sufrido las devastadoras secuelas de la batalla, al mismo tiempo que promovía la paz mundial. Porque el patrimonio cultural, científico y educativo son señas de identidad, y favorecen la construcción de sociedades abiertas, innovadoras y prósperas. No solo eso: sin cultura no hay desarrollo sostenible, como indica la UNESCO, quien se asegura de que estén presentes en la mayoría de los ODS. Por eso esta Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se creó con el compromiso de mejorar la calidad de vida de las personas y promover la paz mediante la cooperación internacional en estos ámbitos.
Hoy día forman parte de ella casi 200 países, y entre sus principales objetivos están:
En AUARA, con nuestros proyectos de llevar agua allí donde se necesita, somos muy conscientes de la idea de ayudar sin interferir, de colaborar para impulsar. Valoramos las tradiciones de las comunidades y su forma de vida, y estamos convencidos de que apoyar la educación, entre otras, es la base del futuro desarrollo de estos pueblos, por eso muchos de nuestros proyectos para llevar agua allí donde se necesita están enclavados en escuelas o centros educativos.
Como dijo Nelson Mandela: "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo".