Reducir, reutilizar, reciclar… Stop al exceso de plástico
julio 10, 2019
Cada vez son más las iniciativas por un planeta más limpio, por un agua y un aire más puros, por una mejor convivencia entre todas las especies que poblamos el mundo. Pero nos enfrentamos a un serio problema: el gran volumen de desperdicios que cada día generamos los seres humanos. Como clave principal para resolverlo son ya conocidas las famosas ‘3 R’: Reducción, Reutilización y Reciclaje.
Hoy queremos analizar estos y otros términos relacionados con estos procesos necesarios en el círculo virtuoso de convivencia con la naturaleza:
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Reducir: Controlar la cantidad de bolsas o de productos envasados que compramos. Mientras menos usemos, menos desperdicios generaremos.
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Reutilizar: Muchos envases (no sólo de vidrio, también de plástico o de cartón) pueden lavarse y volver a utilizarse para el mismo fin o para otro distinto, sin que medien procesos industriales ni tiempo dedicado. Es el caso de la botella de leche que nuestros abuelos llevaban cada día a la tienda para volverla a llenar.
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Reciclar: un producto reciclado es el que, tras haber experimentado un proceso de transformación, está listo para volver a ser utilizado. Con esto logramos dar una nueva vida a un envase, reduciendo el consumo de recursos y la degradación del planeta. Aunque este proceso también emite ciertos contaminantes, su impacto en el medio ambiente es significativamente menor que la producción ‘desde cero’ más la destrucción tras un solo uso.
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Material reciclable: son aquellos materiales que tienen en su ADN la capacidad de ser reciclados: el cartón, el papel, el vidrio, las telas, la madera y algunos plásticos (no todos). El más conocido de todos es el que llamamos PET (politereftalato de etileno), que aunque por sí mismo tardaría siglos en descomponerse, sus componentes le hacen apto para su posterior reciclado y reutilización. Es, por tanto, reciclable, y puede provenir a su vez de un reciclado previo. Es el caso de las botellas de AUARA, fabricadas con R-PET (o PET 100% reciclado).
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Biodegradable: son los productos cuya descomposición es ‘natural’, sin necesidad de intervención humana, como las fibras naturales y los restos orgánicos, en los que diversos microorganismos actúan en presencia de oxígeno para generar dióxido de carbono, agua, sales minerales, etc.
El plástico, lo sabemos todos, se ha convertido en una de las grandes amenazas para el futuro del planeta, y por tanto para el nuestro propio. En todo el mundo, la producción de este material ha pasado de 1,5 millones de toneladas en 1950 a 322 millones en 2015. Recordemos, si no reciclamos, dónde acaban todos esos desperdicios una vez que los desechamos:
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En vertederos: además del gasto económico que conlleva esta opción, la destrucción e incineración de los mismos produce grandes cantidades de CO2 que van a la atmósfera. Según datos de la UE, cada año la producción e incineración de plástico en el mundo emite alrededor de 400 millones de toneladas de CO2.
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En el mar: la mayor parte de los residuos, incluso los desechados en tierra, acaba en el mar, dificultando la vida de miles de especies animales y vegetales. Se han llegado a encontrar plásticos hasta en las zonas más profundas, a más de 10.000 metros de profundidad.
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¡También en el aire!: en forma de esos temidos microplásticos que respiramos y digerimos y nos provocan alergias.
En España no estamos a la cabeza, pero tampoco a la cola del reciclaje. Según Ecoembes, ocupamos el sexto lugar del ránking de la Unión Europea: reciclamos el 78,8% de los envases de plástico, latas y briks y los envases de papel y cartón. Los ciudadanos están comprometidos, muchas empresas también y, afortunadamente, los gobiernos se han sumado a esta necesidad.
En 2018 la Eurocámara ya respaldó una propuesta para que todos los residuos de embalajes plásticos se puedan reciclar en 2020. Esto implica un mejor diseño que los haga aptos para el reciclaje, así como medidas para incentivar este proceso en el mercado. Ya hemos visto recientemente aplicaciones en la práctica, como la prohibición de determinados plásticos de un solo uso o las restricciones en el uso de bolsas de plásticos en comercios. El control de los microplásticos será lo siguiente.
En AUARA ponemos nuestro granito de arena y predicamos con el ejemplo. Somos la primera marca de bebidas en Europa en fabricar todas nuestras botellas con material 100% reciclado y 100% reciclable.
Hacer las cosas de otro modo es posible. Necesitamos la concienciación y la implicación de todos para ser capaces de invertir esta tendencia y generar esperanza hacia nuestro futuro.