Cuando hablamos de falta de agua en el mundo, no solo hablamos del continente africano, donde el desierto, las sequías y el calor extremo hacen que sea muy difícil conseguirla. También en otros lugares del mundo, aparentemente más verdes y lluviosos, sufren su carencia o, en estos casos, más bien la falta de agua que sea segura y potable. En Nicaragua, concretamente, hasta el 33% de la población rural (una de cada tres personas) bebe agua de fuentes no seguras o directamente no tiene acceso a ella.
Este país es la mayor de las repúblicas centroamericanas, y la penúltima economía de América Latina (solo después de Haití), con un índice de desarrollo humano que se sitúa en el puesto 130 de 193. En las últimas décadas el país está realizando esfuerzos para reducir los múltiples desequilibrios, la disminución del peso del sector público y el diseño de reformas estructurales con el objetivo de sacar al país de la extrema pobreza que, ciertamente, están resultando en crecimiento (con la salvedad de la crisis de 2018 y de la pandemia), pero todavía queda mucho por hacer y muchas zonas del país donde la carencia de infraestructuras hace muy difícil la cobertura de necesidades básicas de agua o alimentos.
De hecho, la falta de agua potable en la población rural de Nicaragua supera el 33%, lo que significa que uno de cada tres nicaragüenses no tiene acceso a agua o bebe agua de fuentes no seguras. Por eso, uno de nuestros últimos proyectos ha estado basado, precisamente, en la zona de Mosonte (Nueva Segovia) de este país, donde las comunidades indígenas son especialmente vulnerables a esta circunstancia.
La asociación ONG Voluntariado, que trabaja en proyectos locales para la promoción y sostenibilidad de proyectos de carácter humanitario en Latinoamérica, África y Asia, está ya trabajando y es la encargada de la coordinación de todos los agentes participantes en el proyecto para perforar y construir un pozo de agua profunda y la instalación de una bomba sumergible solar para su extracción. No lo harán solos. Contarán con el apoyo activo del gobierno indígena de Mosonte, propietario de las tierras que alquila a todos sus pobladores (quienes tienen que pagar 0,50€ al año para disfrutar de ellas) y que será el responsable del mantenimiento y buen uso de la instalación una vez completada. Además, los propios beneficiarios, pertenecientes a la comunidad indígena Quebracho 2, aportarán 40 horas cada uno para realizar las zanjas necesarias para instalar la tubería que va desde el tubo alimentador principal de agua hasta sus casas, así como el coste de la tubería hasta sus hogares.
Stage Entertainment España ha sido nuestro partner por segunda vez, tras haber colaborado a principios de este año en la construcción de un pozo en Kenia cuyos resultados ya disfrutan en la región de Kuria. En esta ocasión, de nuevo, la productora de teatro musical se ha propuesto (¡y ha cumplido!) el reto de vender 150.000 botellas de AUARA en los espectáculos que la compañía gestiona en Madrid: El Rey León y Aladdin, cuyos beneficios se han destinado de manera íntegra al mismo. Estamos encantados de ver cómo su compromiso se traduce en ayuda directa, una vez más, en un proyecto de agua, y desde aquí gracias, siempre, a todos los que apoyan la misión de AUARA y son, junto con nosotros, el cambio que el mundo necesita. #BeTheChange