Sostenibilidad para todos los públicos
febrero 19, 2020
El compromiso con el cuidado del planeta es de todos. Las iniciativas transaccionales como el Acuerdo de París para limitar la temperatura de la Tierra entre 1,5º y 2º hasta 2100 por debajo de los niveles preindustriales o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU que marcan la agenda de la sostenibilidad hasta 2030 nos sirven de guía para impulsar la conciencia global entre gobiernos, empresas y sociedad civil.
El cambio climático y la emergencia climática ya forman parte de nuestra conversación como ciudadanos y como personas que podemos contribuir con pequeños gestos a preservar el planeta. Podemos pensar que de poco sirve ahorrar unos pocos litros de agua en nuestra casa, reciclar, que consumamos alimentos de proximidad o que vayamos al trabajo en bici…, ¿o no? Estamos convencidos de que cada gota cuenta, cada gesto suma y cada pensamiento contribuye a mejorar la conciencia colectiva. Así que aquí os dejamos algunas ideas para ser sostenibles en nuestro día a día. ¿Probamos?:
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Reciclar, reducir y reutilizar: siempre y todo lo que podamos. Y sí, los tickets de compra también se pueden reciclar, el vidrio, el cartón, el plástico, el aceite o los restos de poda o los cuadernos viejos... La mayoría de los ayuntamientos cuenta con contenedores específicos para cada material de uso diario, y en los puntos limpios nos ayudan a separar los no tan comunes.
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Plástico el menos posible, y siempre reciclado y reciclable, como las botellas de AUARA para depositarlas en el contenedor amarillo y darlas una segunda vida. Lleva siempre contigo una bolsa de tela para guardar cualquier cosa que compres. Congela en recipientes de vidrio, y asegúrate de que los objetos (decoración, bolígrafos, complementos…) que compras utilizan el menor plástico posible.
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Una compra responsable: lleva una lista y compra con cabeza para no desperdiciar, consume alimentos perecederos de proximidad siempre que puedas (imagina el coste en CO2 para el planeta de una fruta que viene, por ejemplo, de Brasil), y evita los sobreenvasados de plástico.
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Apaga las luces: aprovecha la luz natural al máximo, y utiliza tarifas ‘responsables’ cuando necesites la eléctrica. No olvides apagar también los aparatos eléctricos que no estés utilizando (la opción standby también consume). Los electrodomésticos, que sean eficiencia energética A y las bombillas mejor led en lugar de las incandescentes o halógenas porque el ahorro energético es de hasta un 20%.
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Ni frío ni calor: una buena climatización empieza por un buen aislamiento, tanto respecto al frío como al calor. Vigila que no haya temperaturas ‘excesivas’, ni por debajo ni por lo alto y evita mantener los sistemas funcionando durante todo el día.
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Muévete en verde: usa la bici o el transporte público siempre que puedas, ¡o camina! Así te puede ahorrar el gimnasio. Apuesta por los vehículos eléctricos para los desplazamientos cortos en ciudad y para los trayectos largos, mejor el tren que el avión, siempre que puedas.
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Quien tiene una terraza tiene un tesoro: contribuye con tus plantas a regenerar la atmósfera. Si tienes una terraza dale vida con flores y plantas y procura que sean estén adaptadas al clima de la zona, ya que así no necesitan agua en exceso y favorecen la biodiversidad (como por ejemplo la presencia de las abejas). También puedes cultivar hierbas aromáticas u hortalizas para el consumo doméstico si dispones de más espacio (menos producción, menos envasado, menos transporte).
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Que tu energía sea limpia: cada vez hay muchas más opciones a nuestro alcance: paneles solares, coche eléctrico, reciclado de agua, etc.
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Ni una gota de menos: mejor ducha que baño, mejor un vaso que el grifo abierto para lavarnos los dientes, mejor media descarga de la cisterna y siempre mejor guardar toda el agua que no sirve para otros usos (la de cocer verduras para regar, la del depósito de la secadora para fregar, etc.).
Además, recuerda que puedes contar con marcas como AUARA para ayudarte a ser aún más sostenible. Busca etiquetas que certifiquen una producción ecológica y de comercio justo para tus alimentos, tu ropa o tus muebles. Son gestos pequeños para una persona, pero todos los cambios empiezan por un pequeño paso, ¿verdad?