Cada vez son más las personas que se preocupan por cuidar el planeta, intentando mejorar el impacto que sus acciones tienen en el medio ambiente, en su entorno, en la sociedad en la que viven y también en el resto del mundo. Uno de los aspectos en los que se ha materializado esa preocupación es a la hora de viajar: organizarlos y llevarlos a cabo de una forma sostenible y responsable se ha convertido en una tendencia al alza en todo el mundo.
Visitar destinos de esta forma más consciente implica reducir el impacto que el turismo puede tener en el medio ambiente, la cultura y las comunidades locales y por lo tanto ayudar a la conservación de la naturaleza, los ecosistemas y el bienestar de todas las personas que lo integran.
Con la llegada de la primavera y de la Semana Santa se inicia el primer periodo de descanso del año y la temporada de viajes. En AUARA creemos, además, que viajar es una oportunidad para abrir la mente y conocer culturas diferentes que nos pueden enriquecer como personas, aprendiendo y fomentando la tolerancia y la comprensión hacia los demás. Es una experiencia enriquecedora con la que desarrollar una perspectiva más amplia de la vida y que podemos aprovechar para cuidar el mundo en el que vivimos y aportar nuestro granito de arena para su conservación.
Hay muchas formas de organizar un viaje responsable. Algunas de nuestras recomendaciones son:
1.- Planificar el viaje: Todo viaje comienza con una buena planificación del destino elegido. Resulta muy recomendable investigar qué se puede visitar, su cultura, tradiciones o gastronomía, además de seleccionar alojamientos que promuevan prácticas responsables en aspectos como el reciclaje, el uso de energías renovables, etc.
2.- Reducir la huella de carbono: Intentar minimizar nuestra huella de impacto medioambiental, eligiendo el transporte menos contaminante para llegar a nuestro destino y una vez allí, optar por el uso del transporte público, los alquileres de bicicletas para conocer la ciudad y el entorno y por caminar. También es importante ahorrar agua y energía y evitar el uso de plásticos desechables.
3.- Apoyar la economía local: comprando productos y servicios a los comerciantes locales del lugar que visitamos. Esta práctica no sólo ayuda a reducir el impacto negativo que tiene el turismo en las comunidades sino que también fomenta el desarrollo económico de la región.
4.- Viajar como voluntario: el voluntariado es otra forma de viajar de manera responsable. A través de proyectos de conservación, educación, salud y desarrollo, como voluntarios también podemos ayudar a proteger el medio ambiente y a apoyar a las comunidades locales. Y en este punto hay que saber que hay muchas organizaciones que ofrecen programas de diversa extensión en muchas partes del planeta con la que los viajeros pueden experimentar la cultura local y hacer una contribución significativa a la comunidad.
En AUARA conocemos muy bien la labor del voluntariado. Y es que nació de un viaje, el que llevó a Antonio Espinosa de los Monteros a fundar la empresa social junto a Pablo Urbano y Luis de Sande, después de su experiencia como voluntario en Perú, Camboya y Etiopía, donde participó en la construcción de un hospital y comprobó que la mayor causa de pobreza era la falta de agua potable y el principal motivo por el que la población acudía al hospital.
En definitiva, las formas de explorar el mundo son infinitas, pero hay que tener en cuenta que se puede viajar de una forma responsable y ética que nos ayude a conservar el mundo en el que vivimos. A través de una planificación responsable, la reducción de la huella de carbono, el apoyo a la economía local y la participación en programas de voluntariado, todos podemos dejar un impacto positivo en los destinos que visitamos mientras disfrutamos de la experiencia del viaje.