Playas paradisíacas sin turismo de masas y respetuosas con el medio ambiente

agosto 10, 2022

Playas paradisíacas sin turismo de masas y respetuosas con el medio ambiente

El suministro de agua en nuestro planeta está en constante movimiento en sus diferentes estados, sólo la que se encuentra en los océanos representa el 70% de la superficie de la Tierra, y de su cuidado depende nuestra supervivencia y la de los ecosistemas. De hecho, el agua dulce y la mitad del oxígeno que respiramos tienen su origen en el océano, que no sólo influye en el clima y la temperatura global sino que también nos proporciona alimentos, minerales, medicinas y recursos energéticos. Por eso la gestión de los ecosistemas marinos es de vital importancia para las presentes y futuras generaciones, y el cuidado de sus aguas también.

En la actualidad, cada vez se hace más hincapié en la necesidad de cuidar este aspecto y por eso ahora que estamos en pleno periodo vacacional nos parece relevante hablar de algunas de las playas y destinos paradisíacos donde podemos pasar unas vacaciones idílicas sin renunciar al cuidado del planeta.

Empezando con lo que nos toca más de cerca, España es el país con más banderas azules de todo el mundo. Este año la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) ha ampliado el distintivo a un total de 621 playas en nuestro país que, entre otras cosas, significa que se cumplen los siguientes requisitos:

- Se realiza un test de calidad del agua.

- Cuenta con gestión ambiental.

- Ofrece información y cursos de educación ambiental varias veces al año.

- Cuenta con paneles informativos sobre la playa, el ecosistema y el código de conducta requerido.

- Dispone de seguridad y servicios como accesos fáciles y adaptados, y cumple la Ley de Costas

Fuera de nuestras fronteras, en Francia, podemos encontrar las grandes playas de Las Landas o las de la Costa Azul, con sus calas secretas de aguas cristalinas. Más allá de la discusión de los locales sobre cuáles son las mejores, conviene saber que son muchas las iniciativas a nivel local pero también nacional que se llevan a cabo para preservar su ecosistema y proteger la naturaleza. Por ejemplo, la Surfrider Europe Foundation de Biarritz organiza durante todo el año campañas de recogida de residuos. Las autoridades francesas han prohibido fumar en al menos 50 playas de Córcega, Saint-Malo o incluso Niza, normativa muy aplaudida si tenemos en cuenta que una sola colilla puede contaminar hasta 500 litros de agua.

En Australia cuentan con un tesoro nacional en este sentido: la playa de Whitehaven, la más fotografiada del país y premiada con numerosos galardones como por ejemplo el de ser la playa más blanca del mundo y también la más respetuosa con el medio ambiente. Sus 7 kilómetros de arena blanca y aguas cristalinas están situados en un archipiélago de 74 islas que bordean la Gran Barrera de Coral frente a las costas de Queensland. Sólo se puede acceder en barco, preferentemente de vela, y las autoridades australianas luchan por conservar este entorno idílico con medidas como la protección de los corales (ecosistema en peligro de extinción), el control de las empresas que viven del turismo y de sus prácticas, y la prohibición de fumar y de llevar mascotas, entre otras medidas.

Pero quizás uno de los lugares más remotos e idílicos y donde más se controla el acceso del turismo y la preservación del entorno es la Isla de Haveloc, una de las 300 que componen el archipiélago de Andaman, en la bahía de Bengala, India. Se trata de una reserva natural donde no existen los coches, rodeada de selva y alejada del turismo de masas. Alguna de las islas tiene prohibido el acceso no sólo para proteger la flora y la fauna sino a los pueblos indígenas que todavía viven en ellas sin contacto con el exterior.

Estos ejemplos sirven para demostrar que aún hay muchas personas que se preocupan por el cuidado del planeta y de los que habitamos en él. Conseguir unos océanos libres de microplásticos y que dejen de ser el vertedero del mundo es posible si cada uno aportamos nuestro granito de arena a tal fin. Es necesario pedir leyes que los protejan y sobre todo educar en el respeto y la protección del medio ambiente, incluyendo estos miles de km3 de agua de los que disponemos de forma gratuita.

Quizás es un buen momento para reflexionar sobre el tema descansando del año de trabajo en una de estas playas paradisíacas y cuidadas por el ser humano.