“Nunca aceptemos la violencia y la guerra como la solución”

septiembre 18, 2023

“Nunca aceptemos la violencia y la guerra como la solución”

Sin duda, la Paz (sí, con mayúsculas) es uno de los grandes objetivos del mundo. La guerra provoca muerte, hambre, migraciones masivas, bloqueo económico, inestabilidad no solo donde tiene lugar, sino también en el resto de países próximos con la llegada de exiliados. Actualmente se contabilizan más de 100 conflictos armados en todo el mundo, según la Geneva Academy. Muchos de ellos son guerras civiles, internas, y de larga duración , por lo que la opinión pública internacional llega a olvidarlos. Uno de ellos, el de Etiopía, es uno de los más cruentos.

Gerard Poch es el representante en Etiopía de la Fundación Promoción Social, colaboradora de AUARA sobre el terreno en proyectos como el de la instalación de fuentes en la comunidad de Sasiga y pozos en Boloso Sore. Ha vivido en total seis años en este país, desarrollando distintas labores de ayuda humanitaria y cooperación. Poch es ingeniero agrónomo y máster en Desarrollo y Cooperación Internacional por la Universidad de Lérida y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, y nos cuenta de primera mano, qué significa para él este país y cómo se adaptan a ‘vivir en guerra’.

  

¿Por qué elegiste Etiopía (o cómo te eligió ella a ti)?

Antes de conocer Etiopía estuve en otros lugares por trabajo como Perú, y Estados Unidos. A mis padres les encantaba viajar y mi madre también hacía de voluntaria en un hospital de Etiopía. Cuando conocí el país me fascinó. Sin negar la situación dramática en la que se encuentra mucha población rural, los valores de la gente son increíbles. Recibes mucho más de lo que pretendemos dar. 

 

¿Por qué es necesaria la ayuda humanitaria en este país?, ¿son los conflictos armados su principal problema?

Etiopía es uno de los países con un índice de desarrollo humano más bajo del mundo. Aunque es un país lleno de recursos, desgraciadamente hay millones de personas que sufren de inseguridad alimentaría crónica y necesitan ayuda humanitaria de emergencia. Etiopía lleva años teniendo múltiples crisis superpuestas, que ponen en riesgo las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas. Creo que las causas de esta situación son varias y vienen de lejos, pero sin duda los conflictos son uno de los principales problemas.

¿Cuál es la situación actual y cómo afecta a la población?, ¿está llegando la paz?

La situación es volátil e inestable y no parece mejorar. Sin duda hay avances y buenas noticias en algunos conflictos, como la guerra que asoló el norte del país, sobre todo la región de Tigray y que finalizó con un acuerdo de paz en Pretoria ya hace más de 10 meses entre el gobierno Federal y el TPLF (el partido que gobierna la región). Pero por otro lado, hay temas que han empeorado en otras partes del país, como en la región de Amhara, donde ha escalado el conflicto, o en Oromia, en que la tensión es constante, escondida y silenciada, pero con consecuencias enormes para la población civil y el país en general. En este contexto, la USAID y WPF suspendieron toda la ayuda alimentaría de emergencia en el país durante meses debido a una corrupción sistémica y al desvío de la comida por parte de las autoridades Etíopes, lo que ha provocado la muerte de hambre de miles de personas.

En la Fundación Promoción Social trabajáis por el ‘desarrollo humano’ y la dignidad de las personas, ¿cómo ha afectado esta larga guerra a ese desarrollo y a su futuro?

En FPS no habíamos trabajado en Tigray, la principal región donde afectó la guerra entre noviembre de 2020 y noviembre de 2022. Ahora estamos valorando intentar conseguir fondos para esta región porque las necesidades son elevadísimas y hay millones de personas sufriendo. El conflicto de Tigray, del que se ha hablado poco en España y en el mundo en general, ha sido considerada como la peor guerra del siglo XXI. Según investigadores de la Universidad de Ghent (Bélgica), hasta finales de 2022 habían muerto hasta 600.000 personas como resultado de la violencia y la hambruna relacionadas con ella. Esta guerra tuvo además tintes de limpieza étnica, con acciones devastadoras para la dignidad de las personas, como la violación de más de 120.000 mujeres y niñas. Aun ahora, a pesar del Acuerdo de Paz, Eritrea continúa ocupando ciertas áreas del norte de Tigray a las que aún no han tenido acceso las Naciones Unidas. Así pues, ¿cómo ha afectado esta guerra al desarrollo y futuro? De una forma gravísima. Tigray ha vuelto 20 años atrás en temas de provisión de servicios públicos a la población y las consecuencias psicológicas son muy graves. Casi el 40% de la población de la región de Tigray sufre una falta extrema de alimentos y ha tenido consecuencias desastrosas para la economía de todo el país.

Podríamos diferenciar entre ‘macropaz’ (resolución general del conflicto) y de la ‘micropaz’ (el día a día entre las personas cercanas: familiares, vecinos…). ¿Cuál dirías que es la situación de ambas en la zona donde trabajas?

En FPS actualmente trabajamos en la región de Oromia y la región Somalí de Etiopía. Cada área tiene un contexto específico y una situación diferente. Actualmente la región somalí es de las zonas donde existen menos conflictos y podríamos hablar de una situación de paz general (macropaz y micropaz). En Oromia la situación es muy distinta. El conflicto lleva enquistado desde hace años y no hay un proceso real de resolución del conflicto a pesar de algunos intentos. Esto afecta también a la micropaz. Tanto el gobierno como el OLF-shane (el movimiento armado de resistencia Oromo) fuerzan a la población civil a posicionarse a sus respectivos lados, complicando las relaciones entre vecinos. Pero es importante destacar algo: la mayor parte de la población civil rural está cansada de años de conflicto y represión y desean ya una resolución del conflicto.

¿Qué es para ti la Paz?

Creo que la paz tiene varias interpretaciones. Yo no la entiendo solo como la ausencia de guerra y/o conflictos, sino como la búsqueda de un equilibrio y del respeto por los derechos humanos, en que individuos y comunidades se puedan sentir a gusto y en armonía consigo mismas y con su entorno social. Comparto el punto de vista que manifestó en su día Nelson Mandela. “La paz no es simplemente la ausencia de conflicto; la paz es la creación de un entorno en el que todos podamos prosperar”.

¿Crees que es necesaria la celebración de un Día de la Paz?

Valoro positivamente que exista un día para la celebración de la paz para incidir en la resolución no violenta de los conflictos y trabajar valores y hábitos de convivencia contra la intolerancia, sea con otros pueblos, lenguas, etnias, naciones etc… No obstante, la paz es primordial para el desarrollo y bienestar y se debería de promover no solo en este día. Falta cultura de la paz y necesitamos que los gobiernos e instituciones  multilaterales trabajen para ella cada día de una forma real y constante.

El lema de Naciones Unidas para este año está centrado en la acción para la paz mediante los ODS -todos ellos en general porque la guerra afecta de forma directa al resto, y el 16 en particular (Paz, justicia e instituciones sólidas)-, ¿conoces la situación de estos ODS en Etiopía?

En FPS estamos alineados, compartimos y trabajamos para  los objetivos de desarrollo sostenible y la agenda 2030, sobretodo el ODS1,2, 5 y 6 . De hecho, también Etiopía ha integrado y alineado en su plan de desarrollo -Plan de Crecimiento y Transformación (GTPII)- los objetivos y metas de las ODS. Pero en Etiopía queda mucho por hacer para conseguir las metas propuestas. Por ejemplo, el ODS1 pretende poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, sin embargo, en uno de los últimos informes del PNUD (2021) estima que el 68,7% de la población de Etiopía es multidimensionalmente pobre.

Respecto al ODS2, terminar con el hambre en el mundo, vemos que la inseguridad alimentaria y la malnutrición siguen siendo un problema primordial en todo el país (el Programa Mundial de alimentos estima que 20,1 millones de Etíopes requieren de ayuda alimentaria). Y no olvidemos el ODS 6, que pretende lograr el acceso universal y equitativo al agua potable y  el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos, porque en Etiopia decenas de millones de personas todavía dependen del agua potable contaminada, más de un 30% depende del agua no protegida – ríos, estanques…- para sus necesidades diarias  y casi la mitad de la población no tiene instalaciones para lavarse las manos. Desgraciadamente, si no se adoptan medidas significativas en los próximos siete años, el país no alcanzará los ODS a finales de 2030.

 

Concretamente, y puesto que en AUARA nos centramos en el acceso al agua, ¿dirías que el agua se utiliza también como arma de guerra allí?

En el conflicto Tigray, que hemos mencionado antes, el acceso al  agua se utilizó sin duda como arma de guerra. Las fuerzas militares de Eritrea así como milicias armadas de Amhara (FANO) y militares Etíopes atacaron explícitamente las fábricas embotelladoras y de purificación de agua potable y sabotearon fuentes de suministros de agua y pozos en el área rural mediante el saqueo y la destrucción de cualquier equipamiento y suministro. Según la Oficina de Agua y Recursos Naturales de  la región de Tigray el 50 por ciento de los 9.213 sistemas totales de suministro de agua fueron destruidos y siguen fuera de servicio y varios proyectos del sector hídrico en construcción, incluidos 36 proyectos de suministro de agua y 25 proyectos de riego, fueron deliberadamente atacados, destruidos, quemados y/o saqueados. Además, no solo causaron daños físicos a la infraestructura del sector hídrico sino que también divulgaron información falsa de que el suministro de agua en algunas áreas había sido envenenado para crear miedo entre la población.

¿Qué opinas de la labor de AUARA en Etiopía?; ¿cómo crees que ayuda a aliviar la situación de sus habitantes?

Conocí AUARA cuando me incorporé a FPS gracias a su financiación de un proyecto de suministro de agua que implantamos en FPS junto a nuestro socio local  -Ethiopian Catholic Church social Development comisión- en la zona de Wellega, en el oeste de Etiopía. Me sorprendió que una empresa nos financiara la construcción de cuatro fuentes de agua y cuatro abrevaderos para cuatro comunidades olvidadas del oeste de Etiopía. Creo que AUARA hace una labor ejemplar al ser una empresa social que tiene la sostenibilidad como una prioridad y destina sus beneficios a garantizar el acceso al agua de miles de personas en distintos países. Gracias a su financiación para uno de nuestros proyectos construimos cuatro fuentes de agua y cuatro abrevaderos para el ganado para un total de 960 personas que anteriormente bebían agua de los riachuelos junto al ganado, aumentando la probabilidad de enfermarse debido a enfermedades transmitidas por el agua. 

Conociendo tan de cerca una situación de guerra como la de Etiopía, ¿qué les dirías a los lectores del blog de AUARA (occidentales que viven, en general, en paz) sobre este concepto? Viví en Etiopía antes, durante y después de la guerra. Nunca pensé que la desinformación y el odio promovido por medios de comunicación y el gobierno pudieran calar tan fuerte en personas que conocía. Creo que el pensamiento crítico y la cultura de la paz son muy importantes. Evitemos los estereotipos y prejuicios hacia lo que consideremos diferente a nosotros. Y nunca aceptemos la violencia y la guerra como la solución. La guerra es muy fácil de empezar pero la paz es mucho más difícil de conseguir. Y es la única solución posible para vivir en un mundo mejor, más justo y próspero.