Ya hemos hablado en este blog de la joven Greta Thunberg y su movilización para demandar a los gobiernos de todo el mundo medidas para frenar el cambio climático. Ella es un ejemplo, uno muy bueno. Pero por suerte, no es la única.
Se calcula que la población mundial con edades comprendidas entre los 10 y los 24 años asciende a unos 1.800 millones de personas. Son la nueva generación, los que heredarán este planeta que otros antes hemos disfrutado y no hemos cuidado como debíamos… Pero no se resignan.
Son muchos, en todos los rincones, los que luchan y se movilizan para vivir en un mundo mejor: causas medioambientales o sociales, contra la pobreza y contra la polución, en defensa de los animales y de la atmósfera. En defensa de todos nosotros y de nuestro futuro, y el suyo.
Desde Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz en 2014, atacada por sus ideas desde muy pequeña y defensora de la educación de las niñas y de la igualdad de género, hasta la joven ingeniera iraquí Basima Abdulrahman, promotora de Kesk, una iniciativa de diseño y construcción verde en Irak (ella piensa que “construyendo en verde, es posible reducir el impacto de nuestros edificios en todo el planeta”).
Desde los estudiantes supervivientes de la matanza de Parkland, Estados Unidos, que se movilizan por la regulación de la venta de armamento en la Marcha por nuestras vidas, hasta las jóvenes nadadoras olímpicas británicas Kate Shortman e Isabell Thorpe, que para llamar la atención sobre la contaminación por plásticos en el mar (en 2050 habrá más plásticos que peces, dicen), grabaron su rutina de sincronizada en una piscina llena de basura (un vídeo que, cuando menos, impacta y hace pensar).
Sin olvidarnos de la Global Shapers Community, una comunidad de jóvenes nacida del World Economic Forum que pretende inspirar a los menores de 30 años para trabajar juntos en pro de los retos locales, regionales y globales a los que nos enfrentamos, todos nosotros, hoy día. Más de 7000 miembros en 171 países (en España se llaman Global Shapers Madrid) que se organizan para llevar a cabo diferentes proyectos con los que cambiar el mundo a través de la mejora de la alfabetización digital, la ayuda en la recuperación de desastres o la promoción de la inclusión social.
Desde AUARA aplaudimos las iniciativas de todos estos jóvenes, que nos devuelven la esperanza en el futuro. Sabemos que una persona puede cambiar el mundo, y hacemos nuestra esta máxima desde nuestro propio manifiesto:
“Cambiemos el mundo todos los días, desde las cosas pequeñas. No importa que seamos pequeños, imperfectos y limitados. No importa que parezcamos una gota en un océano. Cada pequeño acto puede cambiar el mundo entero, desde lo más pequeño, desde lo más anónimo y desapercibido. Porque cada persona y cada vida son infinitas, son el mundo entero”.
¿Te apuntas?