La crisis del agua, desde la sequía en las grandes granjas hasta la falta de acceso que sufren millones de personas, es una de las mayores amenazas que está sufriendo el planeta hoy día.
En el listado de los riesgos globales del año 2015, desarrollado por el World Economic Forum, este problema ha escalado posiciones hasta llegar al número uno.
Aproximadamente, un tercio de la población mundial vive en situación de escasez de agua, bien sea escasez física, por falta real de agua, o escasez económica, falta de medios para hacer llegar el agua potable a la población.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, recoge la importancia de reducir el número de personas afectadas por la falta de este bien fundamental. Es necesario facilitar su accesibilidad.
Existen varias razones que generan la denominada crisis del agua:
El estrés hídrico: Se habla de estrés hídrico cuando la demanda de agua es más importante que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad.
El estrés hídrico provoca un deterioro de los recursos de agua dulce en términos de cantidad (acuíferos sobreexplotados, ríos secos, etc.) y de calidad (contaminación de la materia orgánica, intrusión salina, etc.). Existe amplio consenso de que la reducción de la cantidad de agua total disponible está disminuyendo debido al cambio climático, responsable de la reducción de glaciares, caudal de los ríos y estanques.
Crisis hídrica: Existe una crisis hídrica cuando no hay suficiente agua potable para una población determinada. Es un problema muy grave que desafortunadamente afecta a muchas regiones, conformado una preocupación mundial.
Es necesario llegar a un consenso mundial de desarrollo de objetivos para asegurar un buen estado de los niveles de agua y no sólo eso, sino reducir el número de personas que se ven afectadas por la falta de agua.
La cuestión es que hay agua suficiente como para satisfacer las necesidades crecientes del mundo, pero no si no cambiamos radicalmente el modo en que se usa, se maneja y se comparte el agua. La crisis hídrica mundial es una crisis política (WWAP, 2006), mucho más que de recursos disponibles.
Hacer que todos seamos conscientes de la crisis del agua y que luchemos contra este gran riesgo global que supone es fundamental. La solución a este problema no es una única, sino un puzzle de aportaciones a nivel mundial que garanticen el éxito en esta lucha. Todos tenemos una pieza que aportar.
Porque... ¿qué sería del planeta azul sin agua?