El hombre contra los elementos

octubre 27, 2021

El hombre contra los elementos

Aire, tierra, fuego y agua, todos los elementos de la Tierra se ven afectados por la acción del hombre, y del mismo modo esos elementos (muy vivos) responden. El temido Cambio Climático es el ejemplo más evidente: fenómenos meteorológicos extremos, aumento de la temperatura, deshielo… Es algo tan grande que, probablemente, aunque hiciéramos todo ‘bien’ de ahora en adelante, difícilmente podríamos paliar las consecuencias de lo que ya está en marcha. 

Cuando hablamos de ese cambio climático hablamos de todo eso, pero sobre todo del efecto invernadero, el calentamiento que provoca la emisión de gases como el CO2 o dióxido de carbono. Estos gases, normales en la atmósfera e incluso necesarios para la supervivencia de la mayoría de las especies, han superado todos los niveles desde la industrialización, su principal causante. Fábricas, vehículos, energía… Casi todo lo que hace que el progreso sea lo que es y que las sociedades actuales sean lo que son hoy.

Por eso, para revertirlo deberíamos frenar todo eso, ¡y funciona! De hecho, durante 2020 se produjo una caída temporal, del 6%, en las emisiones de efecto invernadero debido a las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia. Aunque de momento solo ha sido eso, temporal.

Cada vez más personas, empresas y países están concienciados, pero nos tememos (no solo nosotros, los expertos) que no va a ser suficiente si no se toman medidas institucionales a nivel mundial. Para empezar, cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En especial, claro, el número 13: Acción por el clima, que insta a los países a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global a menos de dos grados respecto a los niveles preindustriales para cuando cumpla el plazo en 2030. 

Estas son las medidas propuestas por Naciones Unidas invitan a los gobiernos a avanzar hacia un aire, y también una tierra y un agua, más limpios:

  • Transición verde: invertir para descarbonizar todos los aspectos de la economía.
  • Empleos verdes, así como un crecimiento sostenible e inclusivo.
  • Economía verde: una transición de las sociedades y los pueblos para hacerlos más resilientes al cambio, y no dejar a nadie atrás.
  • Subvenciones para la sostenibilidad: premiar, de algún modo, a las empresas que favorezcan una producción sostenible y castigar a las que contaminan.
  • Afrontar todos los riesgos climáticos: prevenir para estar, al menos, preparados.
  • Cooperar: porque el planeta es de todos por igual y ningún país puede triunfar por sí solo.

En el Día Internacional contra el Cambio Climático, celebrado cada 25 de octubre, se nos dan, además de estas líneas maestras para evitar que este proceso siga una línea ascendente, ideas de pequeños gestos individuales que suman: poner plantas en nuestro hogar para favorecer pequeños ecosistemas, eliminar las pajitas o los bastoncillos de los oídos de plástico, comprar alimentos de proximidad, gastar menos agua, usar bicicleta o transporte público en lugar de coche, separar la basura, usar electrodomésticos de bajo consumo, limpiar el monte y un larguísimo etcétera que, si los más mayores aún no tienen interiorizado, los niños, cada vez más, sí. 

Desde AUARA os invitamos a ponerlas en práctica. Por nosotros, por vosotros, por los que vendrán.