Según Wikipedia, el efecto mariposa se produce “…si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a corto o medio plazo”. El ejemplo más conocido, y que da nombre a esta teoría, es el propuesto por Edward Norton Lorenz, el cual afirma que si se parte de dos mundos o situaciones globales casi idénticos, pero en uno de ellos hay una mariposa aleteando y en el otro no, a largo plazo, el mundo con la mariposa y el mundo sin la mariposa acabarán siendo muy diferentes. En uno de ellos puede producirse a gran distancia un tornado y en el otro no suceder en absoluto.
Hoy en día todos somos conscientes de las necesidades básicas que sufren países donde ni siquiera algo tan básico como el acceso al agua está garantizado. También son conocidos los acuciantes problemas medioambientales y sus preocupantes consecuencias, no solo para el ser humano, sino para con la tierra en general. Ante estas situaciones hay personas que justifican su inacción afirmando que con su pequeño esfuerzo o gesto no van a solucionar el problema.
Lo que no se dan cuenta es que granito a granito se puede construir un castillo de arena. Gota a gota se llena un océano, o en menores escalas, hay gotas que llegan a colmar un vaso. Yo estoy convencido que con pequeños cambios en nuestro día a día se pueden conseguir cosas importantes, bonitas y de rápido efecto. Si sumamos un gesto cotidiano como ahorrar agua en nuestro uso diario, reciclando todo lo que consumamos o colaborando con los que más lo necesitan, este mundo será un poquito mejor. Lo primero que tenemos que hacer es creérnoslo, lo segundo, actuar…¿quieres ayudarnos a cambiar el mundo con pequeños actos cotidianos? En AUARA desde luego que sí.
Existen cientos de ejemplos de que con un pequeño gesto se consiguen grandes cosas, no solo el archi-conocido (y utilizado en escuelas de negocio) de American Airlines, ya sabéis, aquel con el cual la aerolínea consiguió ahorrarse 40.000 dólares al año quitando una aceituna en las ensaladas que se servían en primera clase, sino muchos otros más cercanos y con resultados más amables que el relatado. Hablemos de ejemplos que afectan a personas, nuestro lenguaje debería girar más en torno a la solidaridad, el medio ambiente y la huella que dejamos.
A mí personalmente me encantan las iniciativas solidarias nacidas entre la ciudadanía de forma espontánea, como el café pendiente que los clientes pueden dejar pagado para que una persona sin recursos pueda tomarse un café caliente con dignidad.
Otro ejemplo son los restaurantes solidarios, como los que impulsa la ONG Acción contra el Hambre o el padre Ángel con su gran trabajo en Mensajeros dela Paz y su cadena de restaurantes Robin Hood. En este tipo de establecimientos ofrecen una serie de menús o platos de cuya venta se obtienen fondos para alimentar de forma gratuita a personas sin recursos, todo ello con la dignidad de asistir a un restaurante.
Una iniciativa en la que formé parte fue la del Voluntariado Express, a través del cual un día concreto del año, cuando se acerca el invierno, se recaudan donaciones durante el día, se invierte todo el mismo día comprando ropa de abrigo para personas sin hogar y se distribuye por la tarde-noche entre las principales ciudades españolas (la última edición llegó a 12 ciudades, ayudando a 900 PSH).
Podría extenderme contando muchos otros ejemplos de “aleteos de mariposa” que aportan su pequeña parte para hacer de este mundo un lugar mejor, como la preciosa labor de Bokatas o el incansable trabajo del Banco de Alimentos, pero creo que queda claro que cada uno tiene al alcance de su mano formas de “agitar las alas” con las cuales seremos capaces de generar tornados de solidaridad, ayuda y bienestar.
Si os fijáis todas estas acciones no suponen un gran esfuerzo, se trata simplemente de convertir un acto cotidiano como invitar a un café, donar ropa o comer en un sitio solidario, en un acto extraordinario con el que conseguiremos grandes cosas.
Recordemos que, como dice un proverbio chino «el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Y recuerda también que, comprando AUARA, ayudas a desarrollar proyectos relacionados con el agua en los países que más lo necesitan.
¿TE UNES A ESTA (R)EVOLUCIÓN?