El acceso a agua, un recurso esencial para el crecimiento económico
La relación entre el agua y el crecimiento económico es compleja y multifacética. El acceso al agua es esencial para el desarrollo económico, ya que es un recurso vital para la producción de alimentos, la generación de energía, la fabricación de productos y la prestación de servicios. La no disponibilidad de agua potable se convierte en un obstáculo importante para el crecimiento económico y el desarrollo de la población en muchos lugares del mundo.
Pese al reconocimiento de la ONU del derecho al agua y al saneamiento, en la actualidad, una de cada cuatro personas carece de agua potable segura en todo el mundo o, lo que es lo mismo, 2.000 millones de personas que se ven afectadas en su día a día, lo que impide su desarrollo. La inversión en agua limpia y saneamiento supone asegurar, proteger y transformar la vida de muchas personas, evitando que puedan sufrir infecciones asociadas al consumo de agua por parásitos que se encuentran en suelos contaminados o instalaciones inexistentes o inadecuadas. Según el informe de seguimiento mundial de la ONU sobre el tema, se estima que se necesitarán unos 105.000 millones de euros de inversión anual para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Agua y Saneamiento de la Agenda 2030.
Más allá de la mera supervivencia, el agua es esencial para la prestación de servicios esenciales como la salud y la educación, limitando la capacidad de los países de ofrecer servicios de calidad a sus habitantes y de vida. También es fundamental para cultivar y criar ganado, lo que influye a su vez en la seguridad alimentaria, para generar energía hidroeléctrica y para la fabricación de alimentos, bebidas y productos químicos y textiles. Según estimaciones del Banco Mundial, las pérdidas vinculadas con el agua en la agricultura, la salud, los ingresos y la prosperidad podrían reducir hasta un 6% del PIB en 2050 las tasas de crecimiento económico de algunas regiones.
Por todo ello, una gestión adecuada del agua es esencial para garantizar la sostenibilidad de la economía, además de la calidad de vida de las personas. Para lograrlo es necesario adoptar un enfoque integral que aborde los desafíos relacionados con la disponibilidad, el acceso, la calidad y el uso de la misma. Y esto se puede conseguir a través de medidas como:
Compromiso y desarrollo en Kenia
En AUARA trabajamos para llevar agua potable a las personas que carecen de ella, a través de proyectos sobre el terreno que no sólo proporcionan el acceso a la misma, sino que garantizan un futuro más saludable y duradero para las comunidades. Por eso, en Planeta AUARA nos gustaría destacar dos proyectos que hemos desarrollado en Kenia, que corroboran que el acceso a agua potable es el primer paso para mejorar la vida de las personas, en este caso de nómadas y mujeres en una zona del país con escasos recursos como es Turkana, cuya población está en situación de pobreza extrema y sufre unas sequías periódicas, seguidas de hambrunas que provocan el fallecimiento de los más débiles como niños y ancianos.
A las sequías y las hambrunas se le unen el aislamiento y la ausencia casi total de infraestructuras, no solo de agua potable sino de un sistema sanitario o medios de transporte. En esta zona del país, la mayoría de los habitantes son nómadas que se dedican al pastoreo de cabras, camellos, vacas y burros. Por eso, junto a nuestros socios en terreno, la Fundación Derandein, hemos construido un pozo, una bomba y un abrevadero en el poblado de Nkawasiro para que fuera utilizado por la población, los nómadas y el ganado, ya que es una zona de paso habitual. En dos años han pasado de vivir 5 personas a 40, gracias a tener acceso a agua potable.
Por otra parte, en el poblado de Atapar Down se instalaron dos depósitos de agua de 5.000 litros de capacidad cada uno, que permiten el desarrollo de un huerto para el cultivo de hortalizas y frutas como la papaya, que en su mayoría lo gestionan mujeres. Durante estos dos años se han beneficiado 2.440 personas.
Los proyectos de Nkawasiro y Atapar Down son un claro ejemplo de cómo impulsando la construcción de infraestructuras en acceso a agua potable, se mejora el presente de las personas y su futuro vital.