Cada vez somos más. En poco más de un siglo hemos duplicado la población total del mundo y no deja de crecer. Si en 1987 la población se estimaba en 5.000 millones de personas, actualmente superamos los 7.700 millones, y para 2050 habrá 2.000 millones más de personas que necesiten alimento, hidratación, sistemas de sanidad, vivienda, trabajo… Naciones Unidas, que estima que la población mundial crece a un ritmo de 83 millones de personas al año, más o menos toda la población de un país como Alemania, estima que seremos ¡más de 11.000 millones para 2100!. Pero, ¿a qué precio?
El Día Mundial de la Población, celebrado cada 11 de julio desde 1989, trata de impulsar a los gobiernos y organismos públicos de todo el mundo a reconocer y concienciar a sus ciudadanos de que la salud reproductiva y la igualdad de género son esenciales para lograr un desarrollo sostenible.
Este año 2020, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) promueve el lema: No contra mi voluntad, para concienciar sobre el derecho de las niñas y mujeres a elegir y a ser dueñas de su vida. La mutilación genital femenina, el matrimonio infantil y la preferencia por los hijos varones son solo algunas de las prácticas nocivas que provocan, además del daño psicológico para quienes lo sufren, embarazos no deseados, abandono de bebés, intervenciones médicas poco seguras, etc. Sin contar con el problema añadido de que las complicaciones del embarazo siguen siendo la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años.
La pandemia del COVID-19 no ha hecho más que agravar este tipo de situaciones, retrasando las ayudas y la cooperación internacional destinadas a evitarlas o paliarlas, y enmascarando prácticas que podrían haber sido evitadas. En AUARA siempre hemos estado a favor de la educación en igualdad y del acceso a oportunidades de futuro para niños y niñas, aunque ellas hoy, como nos muestran estos terribles datos, todavía lo necesitan más. Por eso colaboramos con organizaciones como Kirira (ONG contra la mutilación genital femenina), para que sus escuelas para la protección de las niñas dispongan del agua limpia que necesitan, o con distintos proyectos en centros educativos o comunidades donde las niñas tienen un futuro oscuro y corren riesgo de violaciones o maltrato físico.
En AUARA creemos en la diversidad, en respetar el espíritu y las tradiciones de cada cultura, pero sobre todo, y por encima de todo, defendemos el respeto al individuo y los derechos humanos de todas y cada una de las personas.