A día de hoy los productos que consumimos están envueltos en algún tipo de material. Es necesario en algunos alimentos, por ejemplo, un envoltorio para que se conserven las propiedades e higiene de estos productos en el transporte, almacenamiento y consumo. Pongamos por ejemplo el recorrido que realiza una manzana. Desde que nace el manzano, hasta que los restos se tiran a la basura orgánica.
Existen dos posibles caminos:
En el primer caso, si tienes la suerte de poder tener un manzano, el transporte es mínimo y no necesitas envoltorio alguno, es lo ideal. ¡Ojalá todos tuviéramos una huerta en casa!
En el segundo caso, tienes que ir al súper o frutería de barrio, comprar las manzanas, que a veces vienen en paquetes plastificados, o meterlos en una bolsa.
A priori, se puede observar que cuánto más cerca del árbol estés menos transporte y menos embalaje utilizas. Por lo que dirijamos los esfuerzos en reducir intermediarios en la cadena. También prestemos atención en reducir la cantidad de envoltorios que tienen los alimentos, siempre teniendo en cuenta los requisitos de higiene y correcta conservación.
Por ejemplo, la leche uperizada necesita varias capas en el envoltorio como es el tetrabrik para conservar sus propiedades, pero no todos los productos necesitan un tetrabrik como envoltorio.
Fuente: Tetra Pak
Comprar la fruta a granel, reutilizar las bolsas en la compra, utilizar los tarros, no utilizar pajitas en las bebidas, o tirar las colillas en el lugar adecuado, son acciones sencillas que no implican grandes cambios, y que hacen que reduzcamos drásticamente el consumo de materiales innecesarios.
Fuente: el Diario
Nos dirigimos hacia dos direcciones en el futuro del packaging, una vía es la utilización de un packaging comestible: platos, cubiertos, pajitas, botellas que se comen o bolsas que se beben; o la utilización de materiales reciclados, es decir que provienen de otros productos ya utilizados, lo que permite infinitos usos de recursos ya obtenidos de la naturaleza.
Aquí algunos ejemplos de productos que están revolucionando los materiales actuales y que, ¡ojalá sean realidad algún día! (algunos son ya realidad)
Ohoo water, es una empresa basada en Londres, que “embotellan” el agua en esferas comestibles hechas a través de la tecnología culinaria molecular.
Fuente: Skipping Rocks Lab
Ari Jónsson diseñó unas botellas biodegradables que se descomponen y sirven de compost, hecha a base de algas de mar. Incluso se puede comer después de haberse utilizado. Pero todavía es una tecnología no desarrollada para su uso.
Fuente: Ecoosfera
Sorbos es una empresa española que consigue dar una segunda vida a las pajitas, haciendo de ellas algo comestible, como una chuchería.
Fuente: Sorbos
Cómete hasta el plato, ahora es posible con Biotrem, una empresa europea que lleva hasta el límite no dejarte absolutamente nada de comida en la mesa, gracias a sus platos hechos de maíz.
Fuente: Biotrem
El packaging es uno de los factores de influencia a la hora de comprar por parte del consumidor, que sea responsable con el medio ambiente es el camino hacia el futuro.
Por eso en AUARA, utilizamos PET 100% reciclado en las botellas, cartón con certificación FSC, y un diseño en las botellas de 501ml que permite una reducción hasta de un 20% del espacio.
Está en nuestra mano como consumidores el demandar a las empresas más responsabilidad con las personas y con el medio ambiente.