Decimos turismo y se nos vienen a la cabeza grupos desbocados cámara en ristre, un mercado de souvenirs con camisetas idénticas ya sea Lima o Pekín, circuitos preparados en forma de parque temático o playas abarrotadas de cuerpos perezosos. El turismo es, ciertamente, un poco de eso. Pero también es mucho más. Puede ser, y de hecho es, un motor de desarrollo y de multiculturalidad, una fuente de inspiración y de conocimiento. Se trata de uno de los mayores sectores económicos, solo por detrás del sector del combustible y el de la industria química, y responsable de uno de cada diez empleos de todo el mundo, según la OMT.
El Día Mundial del Turismo se celebra cada 27 de septiembre con el objetivo, precisamente, de concienciar a toda la comunidad internacional sobre su importancia económica, social y cultural, así como sobre la necesidad de que se realice de manera sostenible e inclusiva, orientada a la recuperación y a la creación de oportunidades para millones de personas. Todo ello sin perder de vista la Agenda 2030 y esos Objetivos de Desarrollo Sostenible con los que está muy entroncado, especialmente el ODS 1 Fin de la pobreza, ODS 5 Igualdad de género, ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico) y ODS 10 Reducción de las Desigualdades.
El turismo sostenible es, en fin, respetar la naturaleza allí por donde pasamos, pero también la herencia social y cultural, intentando evitar ‘invadir’ con marcas y costumbres lo que no estaba allí antes. Y al mismo tiempo promocionar el desarrollo económico local. El objetivo final ha de ser una redistribución mundial entre los países emisores y receptores, conformando un círculo virtuoso en el que todos salgamos beneficiados.
Los dos últimos años, por razones obvias, han sido catastróficos para el sector, con pérdidas mundiales de hasta 4 billones de dólares. Todavía es complicado viajar a algunos países, donde el ritmo de vacunación o los protocolos de aduanas aún lo impiden (sin contar otras razones como inseguridad, riesgo sanitario o problemas de acceso). Pero que eso no nos impida soñar y planificar nuevos destinos a los turistas respetuosos. Aquí os proponemos algunas ideas en países donde la visita del viajero también enriquece, ¡y mucho!, a la comunidad que lo recibe:
Y mientras aún no se pueda llegar a estos destinos de ensueño, aprendamos a conocerlos aun desde la distancia, probemos sus sabores en casa, contactemos con productores o fotógrafos locales. Hagamos del turismo (sostenible) un modo de vida siempre. Y, en estos tiempos en los que los viajes son menos de los que queremos, apropiémonos de la bella filosofía de Juanma Quelle, speaker, escritor y coach, creador del movimiento social #TerritorioFelicidad: “Tenemos que ver la vida con ojos de turista, son los únicos capaces de encontrar belleza donde los demás solo ven rutina”.