Un mundo redondo y azul, con 510 millones de kilómetros cuadrados de superficie a nuestra disposición. Haciendo una cuenta rápida entre más de 7.500 millones de personas que lo habitamos, dispondríamos de unos 68 m2 para cada uno. Un supuesto curioso pero nada realista.
Para empezar, sabemos que dos terceras partes de esa superficie están ocupadas por agua. Concretamente el 70%, según esta impresionante infografía realizada por VisualCapitalist basándose en datos de la división estadística de Naciones Unidas (UNSD). Casi dos tercios de ésta serían aguas internacionales, y la práctica totalidad de ellas si hablamos de su volumen (un 95%). Parece agua suficiente para todos, ¿verdad?
Toda ese agua ‘común’ es la que hace a nuestro planeta ser como es, la que alimenta a las especies animales y vegetales, permite los ciclos meteorológicos y los distintos ecosistemas. Actualmente, las aguas internacionales se encuentran bajo la protección de la Convención sobre el Derecho del Mar de Naciones Unidas, que asegura el respeto y conservación de las especies que en él viven, muchas de las cuales están aún por descubrir.
Y no olvidemos el agua dulce que, aunque solo representa un 1% de todo ese líquido, está presente en buena parte de los países. Aquí vemos que solo las cuencas hidrográficas de los 30 mayores ríos del mundo abarcan buena parte de la superficie ocupada por la tierra hidratando cultivos, tierras y ciudades superpobladas en muchos de los casos. Pero son muchos, muchos más los pequeños ríos, afluentes y manantiales presentes también en otras zonas.
Tenemos la suerte de disponer de todo un mundo pleno y diverso que hemos de luchar por mantener, cuidando de esos mares que son de todos y de esas tierras que, en suma, también lo son; garantizando un reparto justo y equitativo de los recursos y una protección para cada uno de los seres de este gran planeta. Desde nuestra pequeña parcela en AUARA luchamos por repartir solo una infinitesimal parte de toda esa agua entre personas que no tienen acceso a ella.