Un año nuevo con propósito
enero 19, 2022
Enero suele ser el mes de los buenos propósitos, de plantearnos objetivos a largo plazo: cuidarnos y cuidar mejor, ser más respetuosos con el entorno, limpiar… Las empresas de todo signo se suelen sumar también a estas ideas, y más hoy en estos tiempos en que las circunstancias de la pandemia nos han hecho a todos valorar más el poder de la solidaridad y la colaboración y menos (entre comillas) el del dinero.
Tener un propósito más allá de ser rentables y vender es desde siempre el objetivo de las que nos llamamos Empresas Sociales que, por definición, son aquéllas que son negocios y buscan la rentabilidad, pero cuya misión principal es usar ese beneficio para generar un impacto positivo en la sociedad o a nivel medioambiental. Como hacemos en AUARA, invirtiendo nuestros beneficios en llevar agua allí donde se necesita, y como muchos otros ejemplos tanto en España como en otros países. El impacto de las empresas va más allá de una cuenta de resultados positiva.
Por eso, desde nuestra experiencia propia como teniendo en cuenta las tendencias del mercado actual, aquí os compartimos algunas ideas que pensamos que van a marcar tanto a las empresas sociales como a las empresas con propósito este año 2022:
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Reciclaje y economía circular: En la propia definición de una empresa social está el ser sostenible. Hoy en día las señales que nos transmite el planeta, la demanda de los consumidores o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas hacen que esto sea cada vez más acuciante para cualquier negocio. Tanto las materias primas (recicladas, reutilizables y reducidas al mínimo) como los residuos han de ser gestionados de manera transparente y ética.
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Tecnología: La digitalización es cosa de todos, agilizar y automatizar los procesos no necesariamente significa una inversión imposible. Adaptarnos al comercio global es llegar más y mejor tanto a nuestros futuros clientes como al objeto de nuestro propósito social.
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La salud de los empleados (también la mental): Además, por supuesto, de proteger rigurosamente al equipo de posibles amenazas físicas (como el Covid), también es cada vez más importante prestar atención a su estado emocional. En cualquier empresa se trabaja bajo presión y en constante competencia. En las sociales, además, solemos tratar con colectivos desfavorecidos o con problemas ‘más grandes’ que pueden afectar en mayor o menor medida a los trabajadores. Es necesario habilitar mecanismos para detectar y tratar posibles problemas, así como concienciar sobre la necesidad de la desconexión digital y el bienestar laboral.
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Financiación: La crisis económica es una realidad, y las empresas sociales, cuyo capital depende en mayor medida de ayudas públicas y financiación, pueden verse afectadas por la reorganización de los presupuestos generales, los cambios de normativas o la retención de los fondos europeos. Con el aumento del compromiso de la sociedad general podemos ver, también, un aumento (y un mayor éxito) de las iniciativas de crowfunding hacia proyectos que realmente representen el sentimiento de la sociedad y den respuesta a problemas arraigados y reconocidos por ella.
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Trabajo presencial y remoto: Seguramente más que el teletrabajo a tiempo completo veremos modelos híbridos y con ellos una reorganización de las oficinas hacia modelos más flexibles y eficientes en costes. Esto afectará sin duda a las cuentas de resultados de las empresas, en este caso para bien, con lo que tendrán más margen para invertir en su labor social.
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Más concienciación (de toda la sociedad): Cuántas más empresas sociales o con propósito tengamos, todos saldremos beneficiados como sociedad. Con nuestra decisión de compra podemos premiar a aquellas que más impacto generan en el entorno.
Desde aquí, todos nuestros buenos propósitos son compartir los vuestros y ayudar, siempre que podamos, tanto en nuestras iniciativas sociales como en nuestro día a día. ¡Os deseamos un buen año de impacto!