La reciente Cumbre sobre el Clima nos ha dejado discursos e imágenes que perdurarán en el tiempo, como la estudiada ausencia/presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o el sentido discurso de Greta Thunberg (influencer del cambio climático), que nos recuerda que se nos acaba el tiempo y que todos, no sólo los jóvenes, estamos sufriendo ya las consecuencias de la crisis climática.
Pero este evento es mucho más que eso. Es, por un lado, el compromiso de empresas privadas, gobiernos y ciudades de pasar de la “economía gris” a la “economía verde”, pero es también el reconocimiento de que difícilmente llegamos a cumplir los plazos del Acuerdo de París para la reducción de emisiones y el control de la contaminación. Es el reconocimiento de que hacen falta medidas más concretas y alcanzables, y el temor, especialmente de los países en desarrollo, de no ser capaces de llevarlas a cabo.
Como ha asegurado el propio secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: “Hemos logrado impulsar la cooperación y la ambición, pero aún tenemos mucho camino por recorrer”.
Entre las iniciativas más destacadas que se han derivado de esta Cumbre, nos gustaría destacar las siguientes:
El año próximo asistiremos en Nueva York a la primera revisión del Acuerdo de París, firmado por casi 200 países en 2015. De momento, parece que las previsiones no se han cumplido en su totalidad, y Thunberg tiene razón en sus quejas: los estudios apuntan a que la temperatura del planeta ya ha aumentado un grado y llegará a los tres grados a finales de este siglo.
Según Naciones Unidas, los esfuerzos de gobiernos y empresas deben aún crecer al menos al triple para que ese aumento no supere el 1,5º respecto a los niveles preindustriales. Las emisiones de carbono son, por supuesto, el principal problema, pero también están la deforestación, el despilfarro energético, el mal reparto del agua, y muchos otros que, desde ya, debemos estar dispuestos a controlar.
AUARA es una empresa social pequeña, pero contribuimos minimizando nuestro impacto, reduciendo la huella de carbono de nuestros productos, utilizando materiales RPET 100% reciclados y reciclables en nuestras botellas y, finalmente, con nuestros proyectos sociales, llevando agua donde más se necesita. Y desde aquí animamos al resto de la sociedad a hacer lo mismo: a los ciudadanos en su pequeño ámbito, y a las grandes empresas y administraciones en su gran alcance.