Muchas veces nos preguntamos, ¿quién cuida al cuidador? Esa persona que está día y noche, llueva o haga sol, muchas veces casi siempre olvidando sus propias necesidades para atender al que lo necesita. Ellos también sufren, tienen momentos de flaqueza, necesitan atención y reconocimiento, aunque no lo pidan. Lo saben bien quienes cuidan de familiares enfermos o con dificultades, pero también los trabajadores humanitarios que dedican su vida, en todo el mundo, a ayudar a víctimas de la pobreza, de desastres naturales, de sistemas que no respetan los derechos humanos o, sencillamente, de circunstancias especiales. Por ellos y para llamar la atención sobre esta circunstancia, desde 2008 se celebra cada 19 de agosto el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que conmemora y celebra la labor de todos aquellos que muchas veces arriesgan su vida y su salud por los demás.
Y es que aún hoy son muchos los que nos necesitan. Un informe de Naciones Unidas ya adelantaba que para este 2020, casi 168 millones de personas (una de cada 45 habitantes de la tierra, la cifra más alta en décadas) por conflictos armados, violencia contra mujeres y niñas, acceso al agua y a los alimentos a causa del cambio climático… Y todo ello antes de la llegada de la pandemia mundial que ha puesto el mundo patas arriba.
Precisamente para este año el Plan de Respuesta Humanitaria pone especial foco en contener la propagación de la pandemia del COVID-19 y en reducir su morbilidad y mortalidad, junto con otros dos pilares fundamentales: la inmigración (cuidar, ayudar y defender a refugiados, migrantes y comunidades receptoras especialmente vulnerables a la pandemia), y proteger los derechos humanos que pueden verse afectados en cuanto a estabilidad laboral, cohesión social y forma de vida. Por eso en esta ocasión esta fecha toma un cariz especial de homenaje a todo el personal sanitario que, voluntarios o no, se han dejado la piel para sanar, atender y cuidar.
Les hemos aplaudido y erigido estatuas, les hemos llevado en el fondo de nuestros corazones. Volvemos a darles las gracias una y otra vez porque sin duda lo merecen, pero no queremos dejar pasar la oportunidad para señalar que, aparte de estas circunstancias especiales, se trata de un colectivo de riesgo que recibe numerosos ataques tanto contra las personas como contra las instalaciones, y que esto sucede tanto en zonas ‘ricas’ como en las más desfavorecidas (de hecho, según la ONU, el 90% de estos ataques suele producirse contra personal nacional). ¡No podemos consentirlo!
Y por extensión a todo el personal humanitario, nos gustaría también aplaudirles, apoyarles y darles las gracias, mientras recordamos especialmente a los más de 480 que fueron asesinados, heridos o secuestrados solo en 2019. Y aunque es cierto que en la mayoría de ocasiones estos ataques se han producido en países en conflicto, como Siria, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Afganistán, República Centroafricana, Yemen o Malí, su labor nunca está exenta de riesgo, sea cual sea y dondequiera que la realicen.
Desde AUARA nuestro más sincero reconocimiento a todos los trabajadores y voluntarios de nuestros partners y colaboradores, que nos ayudan a llevar agua allí donde más se necesita, ya sea en zonas de paz o de guerra, en lugares de emergencia sanitaria o de calma. Sin su labor este mundo sería un poco peor.
Os animamos a uniros a este pequeño homenaje utilizando la etiqueta oficial en las redes sociales #RealLifeHeroes o #HéroesEnLaVidaReal.