Los 5 países más ecológicos del mundo

Según el Environmental Performance Index, España se encuentra en sexta posición en el ranking de los países más ecológicos del mundo (de un listado de 180). Por delante sólo tenemos a los avanzados países escandinavos (y Eslovenia).

Este ranking, que elabora anualmente la prestigiosa universidad de Yale, se basa en ratios como la pureza del aire, la calidad del agua, el nivel de la biodiversidad o quién posee los medios de transporte público más ecológicos.

No sé a vosotros, pero a mí esto me causa una sensación de sorpresa y orgullo. A la vista está que durante los últimos años se ha hecho un gran trabajo de concienciación ecológica. Tanto la clase política, con normativas y campañas de concienciación, como los ciudadanos, creyendo en la causa y reciclando, tenemos parte del mérito de estar en este bonito listado por encima de países como Alemania, Francia o Australia.

Sin embargo, siempre hay margen para mejorar, y para mí Suecia, por ser un país que conozco, es un ejemplo a seguir en cuanto a ecología. Recuerdo con cariño mi estancia universitaria en el sur de Suecia, gracias a la beca Erasmus pude vivir 6 meses en un país próspero, adelantado tecnológicamente, comprometido con la naturaleza y feliz. Pude conocer otra cultura, otras personas, otras tradiciones. Pero lo que más me impactó fue el sistema de reciclaje sueco, tan normalizado e inherente a su cultura de respeto por la naturaleza. Un reciclaje bien diseñado, coherente, sencillo y hasta rentable. Desde los hogares más remotos de Laponia hasta las empresas más punteras, Suecia recicla de la manera más eficiente.

En casa, el sueco diferencia entre plástico, vidrio, cartón y orgánico. Hasta aquí no nos diferenciamos mucho de ellos. Pero ellos van un paso más allá, los residuos orgánicos los bajan una vez por semana al sótano del edificio, donde la Comunidad suele tener instalada una máquina de compostaje. Y tras vaciar los desperdicios, cerrar la tapa y darle a un botón…voilà! se genera alimento para sus vacas y cerdos. Brillante verdad?

En la industria también poseen el ADN ecológico. Las principales cadenas de alimentación ofrecen tickets para gastar en sus supermercados a cambio de reciclar recipientes (principalmente latas, botellas PET y vidrio) en las máquinas que tienen instaladas junto a la entrada. Metes tus botellas, le das al botón, y cobras. Sencillo, eficiente y rentable.

No os imagináis el nivel de limpieza que hay en las calles. Y es que este sistema facilita el acceso a alimentos y bebida a personas sin hogar. Y de paso las calles quedan limpias de residuos. Brillante, verdad? Y es que por algo los suecos reciclan el 99% de sus residuos (nosotros llegamos al 75%).

Ahora, me gustaría resaltar otro dato del ranking no tan motivador. Si le damos la vuelta a la tabla, veremos que los países africanos ocupan los últimos lugares.

Según este ranking África no es un continente ecológico (Túnez es el primero en el puesto 53). Ya lo cuenta el motero español Miquel Silvestre, que ha dado la vuelta al mundo a lomos de su moto en su libro Un millón de piedras: “…fue durante mi vuelta al mundo Ruta Exploradores Olvidados cuando tomé verdadera conciencia de las dimensiones de la enfermedad y también de su posible solución. Cada vez me resultaba más complicado sacar bonitas fotografías sin que la basura estuviera presente…La basura estaba por todas partes sin que a nadie pareciera importarle…”

Y siendo África un lugar “virgen”, salvaje, abundante en naturaleza, con un clima puro (aunque caluroso) y con un nivel de desarrollo que se supone no le permite contaminar al mismo ritmo que países más industrializados, no deja de sorprenderme. O quizá no tanto. Si recordamos a Maslow y la pirámide de necesidades del ser humano, hasta que se no cubren necesidades del escalón más básico, no se puede aspirar a las de mayor rango. Y hasta que nuestros vecinos del sur no tengan acceso a agua potable, puedan regar sus cultivos para alimentarse o su sanidad e higiene esté mínimamente cubierta, el reciclaje, el medio ambiente y las energías renovables no serán una prioridad para ellos.

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