Las nubes cambian vidas y pueden mejorar la tuya

septiembre 23, 2024

Las nubes cambian vidas y pueden mejorar la tuya

¿Cuánto pesa una nube? Saber cuánto pesa una nube puede hacer que te preguntes cómo puede ser tan pesada y aun así permanecer flotando en el cielo.

Como consecuencia del cambio climático, los periodos de sequía por falta de lluvia han aumentado (un 29% desde el año 2000, según un informe de la ONU). Al mismo tiempo, se han multiplicado por todo el mundo los episodios de lluvias torrenciales, con riadas e inundaciones que a veces destrozan personas, cosechas y ciudades enteras. La lluvia puede ser una amenaza, pero las más de las veces es una aliada, fundamental en el ciclo del agua, en el ciclo de la vida.

La recogida de agua en depósitos es una práctica milenaria que está ganando cada vez más relevancia como una solución eficiente y sostenible para enfrentar la escasez en muchos lugares. Hoy, cada vez más personas, comunidades y empresas están recurriendo a esta técnica para gestionar mejor este recurso vital. Se trata de recolectar el agua de lluvia que cae sobre techos, superficies o áreas abiertas en depósitos o tanques que pueden ser subterráneos o superficiales, con el objetivo de reutilizarla para regar, limpiar o incluso para beber. Esta práctica no solo reduce la dependencia de otras fuentes que en muchos pueblos del tercer mundo están tan lejanas que requieren horas de trayecto, sino que también ayuda a proteger el suelo y, por tanto, a paliar el efecto del agua torrencial fluyendo por calles o bosques y arrasándolo todo.

Por eso muchos de nuestros proyectos en AUARA van en la línea no solo de ‘generar’ agua (pozos) o gestionarla de manera sana (letrinas o purificadoras) sino también en la de recogerla y almacenarla mediante depósitos. Hasta la fecha hemos realizado un total de 173 proyectos de los cuales 45 son depósitos o rehabilitación de depósitos.

Tan cerca como en Marruecos, en la región del Alto Atlas, donde la única fuente de agua subterránea se seca durante cinco meses al año y el único río que pasa cerca está contaminado, por lo que mujeres y las niñas han de emplear varias horas diarias en ir a buscarla. Allí construimos un depósito con el que pueden recoger el agua mientras la surgencia está activa y llevarla hasta las casas con canalizaciones. 

Tan lejos como en Dibamba (Camerún), donde rehabilitamos un depósito que las Hermanas Carmelitas Misioneras llevaban utilizando más de 26 años en su leprosería, gracias a lo cual se permite reforzar la salud de los enfermos y seguir proveyendo de agua potable a toda la comunidad. 

Y con tanto alcance como los realizados en Kenia, un total de 12 infraestructuras instaladas -la mayoría de ellas depósitos de agua localizados en escuelas, como los más recientes en la zona de Tharaka y Tangulbei- que han generado más de 28,5 millones de litros de agua potable, beneficiando a 10.240 personas en todo el país.

Y tú, ¿no guardas agua?

En España, donde la sequía nos afecta -en algunas zonas casi desde siempre- y las DANAs se suceden, con esas riadas incontrolables, también podemos practicar la recogida de agua para usos domésticos o para regar nuestro propio jardín. Algunos ayuntamientos lo facilitan y los propietarios que recojan sus aguas pluviales pueden solicitar una exención o reducción de la factura de agua. Quizá tampoco sabías que algunos fabricantes de lavadoras recomiendan el agua de lluvia para obtener los mejores resultados de lavado y genera una mayor vida útil para los electrodomésticos, por ser agua más limpia en minerales como la cal, que los estropea y mucho más ‘blanda’, con lo que se puede prescindir del suavizante. 

Recoger, reutilizar y reciclar, como con cualquier otro material o producto, hace que el ciclo del agua fluya mejor y el reparto sea más equilibrado para todos. Y dado el creciente desafío global de la escasez de agua, estos sistemas de recolección de agua de lluvia son, sin duda, una herramienta esencial para garantizar un suministro seguro y sostenible en el futuro.

Las nubes guardan riqueza en su interior y se mantienen en el cielo porque las gotas de agua líquida individuales y los cristales de hielo sólido son lo suficientemente pequeños como para flotar. Sin embargo, cuando se agrupan pueden caer, ¡en forma de lluvia y nieve! 

Aprovecha el tesoro en forma de gotas que nos cae del cielo.