Empresas sociales: un impulso necesario para el bien del planeta

noviembre 16, 2022

Equipo de AUARA ejecutando un proyecto en Chad

La idea del emprendimiento está asociada en muchas ocasiones al impulso de las nuevas tecnologías o a formas de negocio revolucionarias que van a cambiar nuestra forma de pensar o de vivir. Sin embargo hay una fórmula que no deja de crecer en nuestro país y en todo el mundo que tiene que ver con buscar un impacto, más allá del beneficio económico, y que se llama emprendimiento social. 

En España, el emprendimiento social continúa aumentando a medida que pasan los años, y cada vez son más las personas que comienzan negocios con objetivos que van más allá de los beneficios, como refleja el último informe del Observatorio del Emprendimiento, que revela que el 43% de las personas que emprenden lo hacen porque tienen una motivación como la de crear empresas que marquen una diferencia en el mundo.

Es verdad que existen muchas iniciativas que ayudan a crear empresas con fines sociales o sostenibles, así como organizaciones de crowdfunding que sólo financian proyectos sociales, pero nos falta el apoyo administrativo y regulatorio necesario para conseguir una legislación que reconozca la labor de las empresas sociales en nuestro país.

Y es que hablamos de un término, el de empresa social, que no tiene una figura jurídica en España, aunque sí sabemos, y por todos los expertos es conocido, en qué se diferencia de otras organizaciones:

  • Debe funcionar con criterios empresariales y obtener ingresos por su actividad y no a través de subvenciones.
  • Debe reinvertir sus beneficios en sus compromisos sociales o medioambientales para generar un impacto positivo en el planeta.

Entre los avances hacia un marco regulatorio de las empresas sociales, hemos visto el reciente reconocimiento del Congreso a las #EmpresasConPropósito en España, incorporado en una enmienda en la Ley Crea y Crece, por la cual se brinda la oportunidad a las empresas de transformar su modelo de negocio y rehumanizar la economía a través de la figura jurídica de las Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC). Un gran paso sin duda, aunque habrá que esperar a ver sus efectos reales en su implementación. 

Hasta entonces, uno de los certificados a nivel internacional que precisamente garantiza que la actividad de la empresa supone un beneficio para la sociedad y el medio ambiente es el sello Social Enterprise Mark de Reino Unido, que en AUARA conseguimos por primera vez en 2016 y hemos ido renovando cada año como muestra de nuestra garantía y compromiso de ser una empresa social que destina el 100% de sus dividendos a proyectos sociales para llevar agua potable allí donde se necesita. 

Esta organización establece cinco requisitos que debe cumplir cualquier empresa social para recibir su reconocimiento:

  1. Tener unos objetivos sociales y/o ambientales muy claros y reconocidos al más alto nivel de la organización (dentro del objeto social, los estatutos y los acuerdos de socios).
  2. Ser una empresa privada e independiente.
  3. Que al menos el 50% de los ingresos provengan de actividades comerciales. En el caso de AUARA, el 100% de los mismos provienen de la venta de nuestros productos.
  4. Que más del 50% de los beneficios se dediquen al cumplimiento de los objetivos sociales o ambientales definidos en la empresa. Aquí de nuevo, hablamos del 100% de los beneficios, lo que ha generado 169,6 millones de litros de agua, a través de 130 infraestructuras de acceso a agua potable, que han beneficiado de forma directa a cerca de 100.000 personas en situación de pobreza extrema.
  5. Que en caso de disolución, los activos residuales de la empresa se inviertan en proyectos destinados a cubrir sus objetivos sociales o ambientales.

En AUARA hace siete años que nos convertimos en la primera empresa española, y la cuarta fuera de Reino Unido, certificada con el sello SEM. En la actualidad, seguimos comprometidos con nuestra causa inicial y esforzándonos cada día por llevarla a cabo con la misma pasión e ilusión con la que comenzamos nuestra andadura.