El agua en tiempos de guerra, un problema más en el conflicto de Ucrania

abril 06, 2022

Gota de agua en un mar plano

Todos sabemos que el agua es fundamental para la supervivencia del ser humano, así como para la producción de alimentos y el desarrollo socioeconómico y sostenible. Precisamente por eso, el acceso a la misma ha sido, desde siempre, una fuente de poder. En la actualidad, es una de las causas de los conflictos geopolíticos siendo protagonista en todas las guerras y conflictos armados a lo largo de todo el planeta. Según Unicef, los recursos hídricos y los sistemas de suministro de agua son de los primeros objetivos en ser atacados desde el primer momento que se dan estas situaciones. 

La gestión del ciclo del agua es una de las principales preocupaciones para garantizar las mínimas condiciones sanitarias para las personas que huyen de conflictos armados, no sólo en cuanto al tema del abastecimiento sino también para evitar la propagación de enfermedades derivadas de la falta de agua potable, un asunto que conocemos bien en AUARA y en el que trabajamos a través de nuestros proyectos repartidos en 19 países.

Hablamos de un derecho que los estados están obligados a respetar, recogido en el Derecho Internacional Humanitario, y que se incumple a diario en conflictos como la guerra de Ucrania.

La escasez de agua potable en el país es un problema que la actual guerra no ha hecho más que agravar. Según Cruz Roja, el acceso a la misma se interrumpe desde hace 8 años por las hostilidades que se suceden sobre todo en el este de Ucrania, y que han provocado que miles de personas se hayan visto privadas de ella, como también de alimentos o electricidad durante días o semanas. En la actualidad, los bombardeos rusos destrozan edificios y tuberías de agua que son imposibles de reparar.


Ayuda sobre el terreno

La falta de agua se ha convertido en el mayor problema, por ejemplo, para los residentes de ciudades como Chernihiv o Mariupol, y no hay suficientes generadores para bombear la que hay disponible en los pozos, por lo que la gente tiene que depender del agua de los ríos o incluso de la nieve. De ahí la necesidad de la ayuda exterior que llevan a cabo organizaciones como Ayuda en acción, que suministra agua a las zonas más perjudicadas gracias a su colaboración con People in Need, ya sea con bidones o a través de camiones cisterna.

Según Manos Unidas, 2,9 millones de ucraniamos no tienen acceso regular a agua potable, y ésta es una situación que no sólo ocurre dentro del país sino también en los cientos de campos de refugiados que han surgido en la frontera y en países limítrofes por las miles de personas que han tenido que abandonar su hogar de forma forzada a causa de la guerra. 

En los campos de refugiados de Rumanía y Moldavia la organización WeAreWater Foundation está llevando a cabo proyectos para que los ucranianos accedan a un saneamiento adecuado, que incluye aspectos como proporcionarles un inodoro y un lavabo o la rehabilitación y construcción de al menos 400 baños. Entre las principales líneas de actuación de Entreculturas también está la de proporcionar agua y saneamiento a la población refugiada en países como Polonia y Hungría, además de los ya citados, de forma más inmediata, pero también en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Kosovo, Macedonia y Serbia. Son sólo dos ejemplos de las numerosas organizaciones que se han volcado para ayudar a la población ucraniana.

Según la ONU, un tercio de la población mundial ya sufre escasez de agua y, para 2025 se espera que sean dos tercios los habitantes que padezcan estrés hídrico, con el riesgo de que se produzcan conflictos derivados de ello o sufrirlo en conflictos a medio o largo plazo. Tenemos el deber moral de alzar la voz para denunciar las injusticias que están ocurriendo a este respecto y aportar nuestro granito de arena para ayudar a la mejora de la situación. El agua potable es un bien básico al que todos debemos acceder sin condiciones en cualquier lugar del mundo.