Nuestra atmósfera, la capa que nos envuelve como un delicado celofán a un regalo, está sucia. Y, como dice António Guterres, Secretario General de la ONU, “es hora de actuar con contundencia. Mi mensaje a los gobiernos es claro: gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. Necesitamos una economía verde, no una economía gris”.
Porque este año, en el Día Mundial del Mediambiente, Naciones Unidas ha querido centrarse en la "Contaminación del aire", un grave problema para los que vivimos en grandes ciudades, sufriendo alergias y problemas pulmonares, pero que se refleja también en el resto del planeta (hasta nueve de cada diez personas en todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación que superan los niveles de seguridad señalados por la OMS). Una contaminación que ensucia el aire que todos -humanos, animales y vegetales- necesitamos para sobrevivir y que acelera los efectos del cambio climático: deshielo, desertización, fenómenos meteorológicos violentos…
Es en China donde este problema es más acuciante y, precisamente por ello, se convierte este año en el país anfitrión de la efeméride. Los gases y humos de la industria y el transporte son los principales causantes de esta contaminación, pero también lo son la quema de desperdicios o la producción de metano y amoniaco del propio ganado. Incluso nosotros mismos, en casa, con nuestros sistemas de calefacción y refrigeración, entre otras cosas. Por eso, todos podemos hacer mucho para disfrutar de un planeta más limpio y, por tanto, más sano.
Podemos empezar por interiorizar, de manera mucho más cotidiana, los parámetros de la economía circular: reducir, reutilizar y reciclar. Porque de este modo lograremos entre todos que los niveles de fabricación desciendan y sean más eficientes. ¿Un ejemplo? El plástico, que Greenpeace estima que superará los 500 millones de toneladas anuales en 2020. Porque aunque es cierto que los gobiernos se han puesto en marcha en este tipo de temas (la UE planea acabar con la fabricación de plásticos de un solo uso para 2021), los plásticos siguen contaminando nuestra tierra y nuestro mar…, ¡y también nuestro aire en forma de microplásticos! Sí, parte de esa polución aérea se debe a las minúsculas partículas de plástico que se incorporan a nuestros alimentos, caen sobre nuestra piel y entran en el cuerpo a través de los pulmones. No los vemos, pero están ahí, y son un problema grave.
Limpiar el aire o, al menos, no ensuciarlo, es cosa de todos. En AUARA tratamos de reducir nuestro impacto como empresa, y desde nuestros inicios solo hemos trabajado con un desarrollo propio de botellas fabricadas con con 100% de plástico reciclado R-PET (las primeras de Europa). Son unas botellas que no generan plástico, lo que alarga su vida y contribuye al fomento de la economía circular, promoviendo que los productos, los materiales y los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, al mismo tiempo que se reduce al mínimo la generación de residuos. Nuestra apuesta por el plástico R-Pet 100% reciclado nos ha permitido reutilizar más de 138 toneladas de plástico y ahorrar 226.000 litros de petróleo hasta 2018. Compromiso que también hemos extendido a nuestro reciente lanzamiento de agua mineral con gas en formato de lata de aluminio sleek de 330 ml, que es 100% reciclable.
En 2018 el lema del Día Mundial del Medio Ambiente fue “#SinContaminación por plásticos”, este año, como decíamos, es “#SinContaminacióndelAire”. Tan interrelacionados como nuestros mares y nuestra atmósfera. Fomentemos entre todos el respeto por nuestro entorno y que el Día Mundial del Medio Ambiente, tenga el lema que tenga, sea todos los días del año. Porque una economía verde siempre será mejor que una economía gris.