El agua es el líquido esencial para la supervivencia de la población en todo el mundo y de cuyo abastecimiento dependen todas las actividades económicas y sociales de nuestro planeta. Según la Organización Mundial de la Salud, una persona necesita entre 50 y 100 litros de agua al día para cubrir todas sus necesidades de consumo, higiene y demás usos del hogar y el agua potable es un recurso esencial para la vida del que carecen al menos 489 millones de personas en todo el mundo. Precisamente, el Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar su importancia y promover un uso eficiente de ella, además de protegerla de los efectos del cambio climático y su repercusión en la población.
Este año el lema elegido por Naciones Unidas es “Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible”, con el objetivo de subrayar el papel esencial que desempeñan para proveer de agua a la población mundial y reivindicar su gestión sostenible para que pueda seguir abasteciendo a las futuras generaciones. Y es que, actualmente, sólo se aprovecha para el consumo humano el 1% del total mundial de dichas aguas, pese a que en su mayor parte son aptas para ello. Estamos ante una situación crítica que se podría revertir utilizando, precisamente, esas aguas subterráneas según hemos calculado en AUARA.
De los 489 millones de personas que carecen de acceso a agua potable en el mundo, 246 millones se encuentran en África. Y de lo que no somos conscientes es de que este territorio atesora en su subsuelo una inmensa reserva de 500.000 kilómetros cúbicos de agua, cien veces más que sus reservas de agua en superficie. En AUARA estamos muy familiarizados con la construcción de pozos. Así, hemos analizado que el uso de esos acuíferos subterráneos sería una solución a la escasez de agua en el continente, y hemos calculado que podría llevarse a cabo destinando un presupuesto equivalente al 0,1% del gasto militar anual a nivel mundial, lo que supondría una inversión de 2.260 millones de euros. Si dividimos el volumen total de agua del subsuelo africano entre sus habitantes sin acceso a agua potable, encontramos que hay más de 2.000 millones de litros de agua disponibles por persona, lo que garantizaría su abastecimiento diario
Llevarlo a cabo tampoco es una quimera: parte de la solución pasa por construir muchos más pozos con infraestructuras para extraer agua, que transformarían la vida de miles de personas de ese continente, proporcionándoles nuevas oportunidades de desarrollo. Como ejemplo, los 117 pozos que en AUARA hemos instalado en África desde 2016,, pero también trabajamos en Asia y América del Sur.
Gracias a los pozos construidos en África, y a la colaboración de empresas y ciudadanos, hemos conseguido mejorar la vida de 71.200 personas, generar más de 124 millones de litros de agua potable, y ahorrado más de 4,1 millones de horas que mujeres y niños de esas comunidades tenían que dedicar a caminar cargados con bidones hasta fuentes de dudosa calidad sanitaria para abastecer a sus familias. Un tiempo que ahora pueden dedicar a ir a la escuela o a realizar actividades productivas para la comunidad.
No podemos olvidar que estas aguas subterráneas no son la única fuente de acceso a agua potable: a través de la instalación de tanques de recogida de agua de lluvia también sería posible paliar la escasez de la misma en África, como ya estimamos desde AUARA en 2020.
Somos los responsables de cuidar y proteger los recursos que nos da la naturaleza y colaborar para que el acceso al agua potable sea un derecho de todos, tal y como defienden los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto el ODS 6 de Agua Limpia y Saneamiento. Pensemos en todo lo que podríamos conseguir si cada uno de nosotros sumamos esfuerzos y nos movilizamos con pequeños gestos como este por una causa común. Es solo cuestión de voluntad, pero también de inversión por querer afrontar el desafío del acceso a agua potable.