En septiembre, se han reunido los líderes mundiales en Nueva York durante la Asamblea General de las Naciones Unidas para hacer frente a los desafíos que afronta la humanidad.
Y ¿de qué se habla allí?, pues de paz, desarrollo y derechos humanos.
El caso es que se reúnen 193 países y ¿para qué?, pues para analizar oportunidades para el cambio.
Es la 73ª Asamblea, tantas veces, tantos reunidos y tan importantes.
Y mientras tanto, durante tantos años el mundo ha seguido más o menos funcionando con sus problemas a cuestas, y la tierra girando sin pensar repleta de habitantes habitando territorios soberanos y desiguales.
Yo veo a la ONU como una organización esforzada que me hace sentir perteneciente a una conciencia planetaria que vela por un mundo mejor.
Es la única organización mundial verdaderamente universal, las Naciones Unidas se han convertido en el principal foro para abordar cuestiones que trascienden las fronteras nacionales y no pueden ser resueltas por un solo país que actúe por sí mismo.
No me siento capaz de analizar el efecto de los cambios conseguidos, pero me pregunto qué hubiera sido del mundo si no hubiera existido la ONU.
Me pregunto si esto tiene arreglo, y se me ocurre que el reto no es llegar a un final, a un mundo ideal y perfecto. Se trata de trazar un camino en el que las generaciones que pasen por aquí aprendan a convivir con los problemas en una predisposición positiva hacia la consecución de un mundo mejor.
Y en ese sentido tiene razón de ser Naciones Unidas. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son el nuevo referente que puede orientar ese camino.
Es su tercer aniversario, son 17 ODS´s con sus 169 metas y son una oportunidad histórica única enmarcados en la Agenda 2030.
¿Qué puede hacer una empresa social como AUARA? Reflexionar sobre su contribución a la consecución de los ODS y pensar en cómo todo su mundo de aliados alrededor puede alinear sus objetivos, programas y negocios.
Los 17 Objetivos están interrelacionados, lo que significa que el éxito de uno afecta el de otros.
El año pasado para el día mundial observamos el objetivo que más tiene que ver con AUARA, el objetivo 6 – Agua Limpia y Saneamiento, ahora sobrevolaremos por el resto identificando dónde se aporta valor a las comunidades en las que AUARA desarrolla proyectos de agua.
Suministrar agua potable donde no la hay es paliar la falta de capacidades básicas para vivir con dignidad, no solo promover el crecimiento económico en sí. El acceso a un recurso como el agua es un derecho que permite el desarrollo local al crecer las comunidades dándolas estabilidad. ¿Puede existir desarrollo sin agua?, mi respuesta es la misma que para la pregunta de si puede un vehículo andar sin combustible, si puede, ¡empujándolo!, pero no es plan…
La disponibilidad de agua no sólo palía la sed, sino que da de comer apagando el fuego del hambre. Es el recurso natural que da sentido a la propiedad y al control de las tierras evitando entre otros problemas la emigración a ciudades, que no hace en ocasiones más que trasladar de sitio el hambre y la pobreza. El % de PIB del gasto público mundial destinado a la agricultura está en descenso. Mientras aquí cada día se despilfarran más alimentos y hay más obesos, allí cada vez hay más hambre. ¡Una enorme tarjeta roja para los de aquí!
Aunque en los países pobres la gente sigue muriendo de VIH, malaria y tuberculosis, el saneamiento y la higiene podrían evitar mucha enfermedad y muerte. Recientemente hemos asistido a una discusión política sobre la venta de armamento a Arabia Saudí por nuestro gobierno para su uso en el conflicto del Yemen, sin oír apenas referencias a que lo que ha estado matando a esas gentes que no es otra cosa que “el peor brote de cólera del mundo” según la OMS.
La ausencia del agua y el agua mala, parece mentira, pero sigue siendo un problema de Salud Pública de primer orden mundial como lo ha sido durante siglos.
¿Podemos pensar en una comunidad que intente escolarizar a sus niños no existiendo agua? Podremos enseñarles cuán lejos está el río para que empleen su tiempo, en vez de en aprender para aumentar su calidad de vida y sus oportunidades, para que lo empleen en recoger un agua que les roba tiempo y probablemente salud. No sé si “la letra con sangre entra” pero estoy seguro que sin agua no se escolariza.
Las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia, y el agua ofrece oportunidades de desarrollo en su comunidad. Ellas son las encargadas de recolectar agua en el 80% de los hogares sin acceso a agua potable. La liberación de tiempo disponible ofrece un mayor tiempo de dedicación a los hijos, la participación en nuevas actividades de la comunidad, la adquisición de habilidades sociales y, en definitiva, la promoción de la igualdad de derechos.
El agua genera dinero. Su disponibilidad provoca mayor rendimiento de los cultivos, la mejora de infraestructuras y servicios y cambios en el valor de la propiedad. Todo ello genera empleo para el desarrollo comunitario con el consiguiente incremento de los ingresos y el nivel de vida.
Invertir en agua es invertir en futuro. Las limitaciones de infraestructura de acceso al agua y de saneamiento suponen un freno a la igualdad de oportunidades. Se trata de disponer de infraestructuras básicas que aporten el mínimo para vivir dignamente. Para muchos pueblos la tecnología y la innovación es tener un pozo de agua potable cerca de casa y un saneamiento mínimo.
No es posible pensar en desarrollar el potencial de una comunidad sin disponer de infraestructuras mínimas de agua. Vivir sin agua es como vivir sin aire, el progreso se construye pudiendo respirar.
Se trata en definitiva de algo tan sencillo como poder vivir y crecer en tu comunidad con una expectativa. Ver crecer a tus hijos con menor riesgo de enfermar, educarlos en una escuela en la que se puedan lavar las manos, que no tengan que emigrar a un suburbio para vivir peor sin un sueño que conquistar…
Los proyectos de AUARA están enfocados a potenciar un entorno de vida en el que el agua sea la base para un cambio. Esto significa que las comunidades que ya disponen de un modo de vida respetuoso con su medio, obtengan un plus para vivir mejor.
AUARA nació y está creciendo para que comunidades pobres tengan oportunidades de futuro.
Los ODS son un contrato social global. Los problemas no pueden seguir creciendo a un ritmo mayor que las soluciones aportadas y todos, gobiernos, empresas y ciudadanos podemos asumir de alguna manera la agenda 2030 como propia.