Nos gustaría compartir con vosotros la experiencia y punto de vista del equipo comercial de AUARA. Contaros cómo a través de nuestra pasión, cariño, y por qué no decirlo, insistencia, estamos intentando no solo cambiar el mundo, sino también mejorar un poquito la vida a nuestros clientes y consumidores. O como nos gusta denominarlos en AUARA, a nuestros embajadores.
He trabajado en otros sectores y en otras empresas antes, pero nunca antes había visto un equipo tan volcado y comprometido como el de AUARA. Es fascinante ver cómo cualquier miembro del equipo se presta voluntario para llevar unas cuantas cajas o expositores a un cliente (en moto, coche o en bici) o cómo se hacen casi 1.000 kms por carretera en un solo día para atender una reunión de apenas media hora.
De todos modos hoy quería hablaros de la otra parte, sin la cual este proyecto no sobreviviría. Y es que se puedes tener la marca más valiosa, una financiación robusta, o el mejor de los equipos empujando… que si los clientes (perdón, embajadores) no compraran cajas de AUARA, este proyecto no seguiría adelante. ¡Y seguimos! Y seguiremos…
Normalmente, cuando cerramos una cita comercial, la persona que nos recibe espera un proveedor más, que le suelte un discurso tipo sobre su producto y al cual puedan sacar su margen. Poco más.
Pero no. AUARA es otra historia. Una historia bonita, original y transparente (como el agua que comercializamos). Y si a eso le añades pasión, cariño, cercanía, humildad (y de nuevo, insistencia), tienes muchos de los ingredientes necesarios para conseguir hacerle sentir al cliente un poquito mejor. Porque sí los embajadores se vuelcan, una vez nos prueban, conocen el proyecto y le ven las múltiples posibilidades de trabajar con nosotros, repiten.
En AUARA nos encanta sentarnos con el interlocutor y animarle a sumarse al cambio, a contribuir desde sus posibilidades a mejorar un poquito la vida de esos 700 millones de personas que desgraciadamente no tienen acceso al agua potable en su día a día.
Es un placer contarles la historia que está escribiendo AUARA y brindarles la oportunidad de ser partícipes. Es maravilloso poder explicarles nuestra evolución en un mercado tan tradicional y complicado como es el agua envasada. Nos encanta explicarles nuestros primeros pasos hasta hoy, rompiendo moldes, haciendo de la carencia virtud, haciendo campañas frescas e impactantes e involucrándonos con clientes hasta niveles personales. Y sobre todo, es una alegría hablarles de los proyectos que llevamos a cabo y enseñarles nuestros objetivos a 2020, que no hablan de facturaciones, ni rentabilidades ni otro ratio más que personas con acceso a agua potable, litros de agua potable e inversión en proyectos sociales.
Y es que todo es mucho más fácil cuando estás en el barco remando, cuando crees en el proyecto y cuando eres consciente de que las horas de sueño que te quites no servirán para que un CEO (al cual no conoces) se embolse su bonus millonario, sino para que Asiba o Camille puedan beber agua en Tamarou (Benín, África) el resto de sus vidas.