La primera vez que leí "El Corazón de las Tinieblas" de Joseph Conrad debía tener veintipocos años. El recuerdo principal de aquella lectura fue la sensación angustiosa de ir navegando por un río, donde la niebla no te permitía ver mas allá de un metro, mientras se oía gente en las orillas del río preparados para atacarles.
La segunda vez fue viviendo en Burundi...¡y con unos cuantos años más! Y ya no me impresionó tanto el viaje por el río como el trato que recibían los indígenas por parte de los colonizadores y el respeto de la población local por Kurtz, el blanco que tenían que llevar de vuelta a la civilización.
Y así es el Congo Belga, Congo-Kinshasa, Zaire o la República Democrática del Congo, lo llamen como lo llamen! Un país inmenso, centro del continente africano, en la región de los Grandes Lagos. Un país donde las carreteras terminan desapareciendo por la fuerza que tienen las raíces de los arboles. Con una población fuerte, que no se doblega por muchas calamidades que pase.
1. De Congo-Kinshasa (yo me quedo con este nombre) se pueden decir muchas cosas, algunas tristemente conocidas como las guerras civiles, las matanzas o el coltán. Pero lo que poca gente conoce es ¡la rumba congoleña! Llamada también Soukous. Es una música sensual de origen caribeño, bien mezclada con sonidos africanos. Vale la pena escuchar a artistas como Papa Wemba, Kékélé o Koffi Olomide.
2. Otra cosa de la hay que escribir es sobre el carácter de los congoleños. ¡Son simpáticos por naturaleza! Son muy buenos conversadores, les gusta bromear y vacilar. ¡Y no hay otro pueblo del mundo que sepa llevar con tanta chulería un traje de chaqueta naranja! Hay un dicho africano que les describe perfectamente, sólo en África central se sabe disfrutar del dinero.
3. Probablemente, el rasgo más noble del carácter congoleño es la hospitalidad. Al visitante se le recibe y se le agasaja, son generosos. Sean pobres o ricos comparten lo que tengan para comer y espacio para dormir. Este rasgo se multiplica en los campos de refugiados. En ese entorno, se celebra la llegada como un signo de que no han sido olvidados, dándoles esperanza en un futuro mejor.
4. En toda esa zona de África a los blancos nos llaman muzungu, palabra de origen suajili. Un congoleño me contó lo que realmente significaba esa palabra. En verdad, muzungu ahora se traduce por blanco, pero el significado original es el que deambula...¡el que anda sin saber a donde va! Así nos veían y quién sabe? ¡A lo mejor nos siguen viendo igual!
5. Y ya por último, en los años 60 del siglo pasado, el famoso comandante Che Guevara estuvo en Congo. Se convirtió en su obsesión. El asesinato de Lumumba, su primer presidente, el saqueo de los colonizadores...En fin, pensó que era el lugar ideal para comenzar su campaña. Pero aquello no salió bien. Murieron más guerrilleros por malaria que a tiros y al final... ¡lo tuvieron que sacar en volandas porque se lo querían cargar!