Ciertamente, el Black Friday se ha instalado en nuestras vidas como una fecha ‘negra’ para el consumismo: una fiebre desbocada por las compras, unas ofertas que en realidad no lo son tanto, una locura de envíos, mensajerías y producción que lanzan al mundo un extra de residuos y contaminación. Según AECOC el 34% de los españoles adelantará sus compras navideñas a estas fechas, y se estima que el gasto medio se situará entre los 100 y los 300 euros en este periodo. ¿Te parece mucho? En todo el mundo se gastará, en total, lo que equivaldría a erradicar la pobreza en la mitad del continente africano -unos 672.000 millones de dólares-. Sí, porque mientras algunos de nosotros nos disponemos a gastar cientos de euros en, tal vez, una sola compra, hay más de 700 millones de personas en el mundo que viven (malviven, sobreviven) con menos de dos dólares diarios.
Puedes empezar por preguntarte lo siguiente antes de cada compra:
En AUARA hemos pensado que no hay mejor fecha que el Black Friday para dar la vuelta a la tortilla y apostar por un cambio de mentalidad. Os proponemos, tal vez empezando por un solo día, modificar vuestros hábitos de consumo y apostar por una compra más sostenible, social y humana. Como ejemplo nuestra campaña, lanzada para la ocasión, ‘50x1, LA MEJOR PROMOCIÓN DE LA HISTORIA’, pretende visibilizar la realidad en la que viven millones de personas en otros países y os invita a reflexionar sobre la necesidad de practicar un consumo responsable.
Por cada caja de 24 botellas de 501 ml de agua mineral vendida, en AUARA somos capaces de generar 50 litros de agua en estos territorios. Es decir, 50x1, 50 litros por comprar 1 caja de agua. Esto quiere decir que con solo 16 euros de tu presupuesto del Black Friday puedes contribuir a mejorar la salud, la calidad de vida y el desarrollo económico de miles de personas que no tienen acceso al recurso más básico para vivir: el agua potable. Nosotros nos comprometemos a emplearlos allí donde se necesita: construyendo pozos y tanques de recogida de agua potable e instalando sistemas de saneamiento que cambian la vida de comunidades en situación de pobreza extrema de diversos países en vías de desarrollo.
No se trata de dejar de comprar, se trata de hacerlo de una manera más reflexiva y consciente, de evitar el desperdicio y, sobre todo, de pensar en los demás y luchar, entre todos, por un mundo con menos desigualdad.