Botellas hechas con botellas: nueva vida al plástico

octubre 09, 2019

Botella de AUARA junto con un texto

Hace solo unos días una conocida marca de refrescos ha presentado una botella reciclada utilizando plásticos recuperados del mar. De momento, lo lanzan como una iniciativa piloto, con unas 300 botellas, para las que han utilizado un 25% de plástico reciclado procedente de nuestras costas y fondos marinos. Desde AUARA aplaudimos que las grandes marcas empiecen, por fin, a entender las implicaciones que tiene el desperdicio masivo de envases y pongan medidas para paliarlo.

Todas nuestras botellas, lo sabéis, están realizadas con plástico rPET 100% reciclado y 100% reciclable, convirtiéndonos en la primera botella de Europa creada en su totalidad a partir de residuos plásticos. ¿Por qué? Por principios, porque queremos un planeta limpio y porque tenemos que ser coherentes: si nuestra misión es llevar agua allí donde se necesita, ¿cómo podemos pretender ayudar allí ensuciando aquí?

Para AUARA, la sostenibilidad no es una opción o una política de RSC, sino que es una prioridad absoluta.

Por ello, desde su propia concepción de negocio decidió aportar un impacto positivo al Planeta con la elección de un material que hasta la fecha no se había utilizado en Europa: plástico rPET 100% reciclado, elaborado a partir de residuos plásticos. Utilizando rPET, no se fabrica plástico nuevo sino que reutiliza el que ya existe, ahorrando petróleo y dando valor al residuo plástico para que así no acabe donde no debe, convirtiéndolo en productos nuevos e impulsando la economía circular.

Después de recoger envases usados correctamente depositados en el contenedor amarillo, los envases se trituran hasta formarse montañas de escamas, que después de lavan.

Las escamas se fusionan y se transforman en granza, una materia prima que se funde fácilmente hasta convertirse en preformas y es apta para crear envases para productos de alimentación.

Las preformas son similares a los tubos de ensayo. Están compuestas de 100% material reciclado que proviene de otras botellas, son transportadas a la planta de embotellado. Al ser más pequeñas que las botellas, caben 12 veces más preformas que botellas por camión. Así se reduce CO2 por unidad. Las preformas se calientan y son sopladas en unos moldes que tienen la forma de la botella. Después se llenan, etiquetan y ya están listas para su consumo nuevamente.

Así, cerramos el circulo de gestión de los residuos y este proceso se vuelve a repetir.

 

Gracias a este procedimiento, hemos conseguido reciclar hasta la fecha cerca de 190.000 kilos de plástico, lo que supone un ahorro de más de 307.000 litros de petróleo.

Porque, como decimos en el vídeo, “los buenos planetas son difíciles de encontrar”… y el nuestro tenemos que cuidarlo.