Aunque parecía imposible, la gran mayoría de nosotros nos hemos acostumbrado a ir a la compra con nuestras bolsas reutilizables y a primar los productos que nos venden en envases reciclados o reutilizables. El plástico ha pasado de ser ‘el chico para todo’ hace unas décadas a empezar a ser relegado por cuestiones medioambientales. No podemos negar sus virtudes: es maleable, barato, higiénico…, pero tan contaminante, y durante tanto tiempo, que por fin empezamos a darnos cuenta, como sociedad, de que no compensa en absoluto.
El plástico, como ya sabemos, proviene del petróleo, una materia prima cada vez más escasa y sujeta a enormes fluctuaciones económicas. Además, se emite una gran contaminación en el proceso de transformación, casi tanta como la que producen esos plásticos una vez han salido al mercado: tardan muchísimo en degradarse y, cuando lo hacen, se descomponen en los temidos microplásticos que vuelan en todas direcciones y podemos incluso llegar a respirar o a comer porque acaban contaminando también a nuestros alimentos.
Coincidiendo con el Día Internacional libre de Bolsas de Plástico, desde el 3 de julio han entrado en vigor las nuevas medidas para la reducción de plásticos impuestas por la Unión Europea, que prohíben la venta de cualquier producto fabricado con plástico oxodegradable (complementado con aditivos específicos), con microesferas de menos de 5 milímetros: bastoncillos de algodón, pajitas, cubiertos y platos de plástico, el palo de los globos...
En AUARA siempre hemos pensado que la mejor manera de vencer al plástico es unirnos a él. Y ya que no podemos destruirlo ni hacer que desaparezca, desde nuestros inicios apostamos por su reutilización. Estamos orgullosos de poder contar que en nuestros cinco años de trayectoria hemos logrado dar una segunda vida a un total de 14,6 millones de botellas de plástico, lo que ha supuesto un ahorro de más de 549.343 litros de petróleo al medio ambiente. Y así lo hacen también muchas otras empresas que reciclan o que empaquetan sus productos en envases reciclados, o incluso que hacen de ese plástico su materia prima. Aquí os dejamos algunos ejemplos a seguir:
Sigue la estela libre de plásticos, y si se cruzan en tu camino, que lo harán, asegúrate de reutilizarlos tantas veces como puedas y, después, enviarlos a un sitio mejor: una planta de reciclaje donde eviten la creación de otros nuevos.