2020, el año de los buenos propósitos sostenibles

diciembre 31, 2019

Atardecer en un lago en Chad, un niño con una pértiga y una canoa de madera

¿Cómo te ha ido 2019?

Cuando un año termina es frecuente, e incluso recomendable, hacer balance de cómo se nos han dado las cosas para dar valor a lo bueno y poder rectificar lo menos bueno en el año que comienza. Si hablamos de medio ambiente, de 2019 cabe destacar que entre todos hemos desperdiciado un tercio de la producción mundial de alimentos, producido más de 500.000 millones de botellas de plástico, generado una huella hídrica de 1.385 metros cúbicos por individuo -solo en España hemos ‘gastado’ cerca de 50.000 litros por persona y día-, y, a pesar de los acuerdos de los gobiernos, las emisiones de CO2 a la atmósfera siguen aumentando.

Como balance del año no suena demasiado positivo… Por eso, es momento de reflexionar y plantearnos qué podemos hacer cada uno de nosotros (¡y es mucho!) para cambiar las cosas de cara al nuevo año.

Aquí va nuestra particular lista de buenos propósitos para 2020, por si os sirve de inspiración:

  • Menos plásticos: Ya hay más plásticos en el planeta de los que podemos soportar. Como son difíciles de destruir, os invitamos a que, como hacemos en AUARA, los reutilicéis. Nosotros los reciclamos y los convertimos en botellas nuevas, vosotros podéis usarlos como recipientes rellenables, convertirlos en manualidades decorativas o, en último término, llevarlos a un punto de reciclaje donde podrán darles una segunda vida.
  • Menos envases: Utilicemos nuestra propia bolsa para ir a comprar. También hay muchos establecimientos que aceptan que lleves tu propio envase cuando compras productos frescos como carne o pescado, evitando así envoltorios que acaban en la basura. Y rechaza los productos sobreenvasados, no nos aportan nada y dañan el planeta.
  • Aprovechamiento de la comida: Buena parte de la comida de nuestros frigoríficos acaba en la basura por una mala planificación. También en los restaurantes dejamos a veces el plato prácticamente lleno. Sabemos que es comida ‘tocada’ que no se puede donar, pero sí podemos utilizarla nosotros, así que pidamos siempre para llevar lo que nos sobra. De este modo no solo evitamos el triste desperdicio, sino que podemos apañar con ello una comida para el día siguiente, ahorrando también ese gasto. Aprendamos de nuestras abuelas la cocina de aprovechamiento o inventemos nuestras propias recetas con las sobras. Nuestro bolsillo, nuestro cuerpo y el planeta lo agradecerán.
  • Más reciclaje: Hoy día (casi) todo se puede reciclar, y el pequeño esfuerzo de incorporar el reciclaje como rutina a nuestra vida obtiene a cambio una gran recompensa para el medio ambiente. Este año te invitamos a hacer tu propio compost en casa. No solo estarás reutilizando los desechos, sino que contribuirás a que tus plantas (o las de tu vecindario) crezcan mejor y más fuertes, emitiendo oxígeno y ayudando a la regeneración de la atmósfera.
  • Movernos ‘en verde’: No siempre es posible prescindir del coche, pero hay alternativas sostenibles que, además, le sentarán bien a nuestra salud, como caminar o ir en bicicleta. Otra opción es, por supuesto, el transporte público, o apostar por un vehículo eléctrico cuando sí o sí lo necesitamos para desplazarnos. Afortunadamente, en las ciudades hay cada vez más opciones de movilidad sostenible, aunque para las distancias cortas es recomendable vencer la pereza y utilizar más el “coche de San Fernando” (ya sabes, un ratito a pie y otro andando).
  • Aprovechamiento del agua: El agua es un bien precioso que tenemos la suerte de disfrutar con solo mover el grifo, pero es un recurso finito que debemos evitar malgastar. Podemos empezar por proponernos un pequeño ahorro de diez litros diarios, e ir aumentando la cantidad con gestos como llenar al máximo la lavadora o el lavavajillas, utilizar un vaso para lavarnos los dientes o servirnos de un temporizador para limitar la duración de la ducha diaria.
  • Más solidaridad: Todos podemos hacer algo más por los demás y por el medio ambiente. Tan cerca o lejos de nuestra casa como queramos o podamos, hay decenas de opciones para dedicar unas horas de nuestro tiempo a practicar el voluntariado y hacer la vida de otros (o todos, a través de la naturaleza) un poco mejor. Busca el lugar donde puedas aportar más o aquello con lo que te sientas más identificado y proponte, este nuevo año, ser un poco menos ‘yo’ y un poco más ‘nosotros’.
  • Mentes más abiertas: Conociendo otras culturas (a través de viajes, libros, películas, etc.) se aprende a compartir y a entender otros puntos de vista y otras maneras de relacionarse con el mundo. Enseñar a nuestros hijos el valor de la diversidad y el respeto es garantía de que serán adultos responsables.

En AUARA hacemos nuestros todos estos propósitos, y en 2020 seguiremos trabajando, con las menores emisiones posibles y reciclando todos nuestros envases, para llevar agua donde más se necesita. ¿Nos ayudas?