Viajar es conocer y es aprender. Viajar es valorar lo que tienes y lo que tienen otros, lo que te falta y lo que les falta a otros. Viajar es siempre compartir y es apoyar. Y aunque, como se suele decir, el camino es siempre más importante que el viaje, viajar es también, sin ninguna duda, una parte fundamental del camino de nuestra vida.
En AUARA nos encanta viajar, pero sobre todo nos encanta ayudar. Por eso, cada año seguimos esforzándonos por crecer más y vender más, porque eso se traduce en más agua en esos lugares donde tanto la necesitan, como en algunas de las comunidades más pobres de Kenia. Ése es nuestro camino.
Y como viaje de aprendizaje, este año hemos visitado, precisamente, este país. Kenia es una de las zonas donde hemos llevado a cabo más proyectos para facilitar el acceso a este recurso esencial para la vida. El 40% de la población keniana no tiene acceso a agua potable y más de dos terceras partes carecen de acceso a servicios sanitarios básicos no compartidos. En esta zona del mundo es especialmente preocupante la situación de las niñas, muchas de las cuales son obligadas a matrimonios forzosos y embarazos adolescentes, además de sufrir prácticas de mutilación genital femenina.
Concretamente desde 2018, año en que abordamos allí nuestro primer proyecto, han sido ya más de 10 los proyectos completados, con un satisfactorio resultado de facilitar el acceso a agua potable a más de 10.000 personas (un 10% de las más de 100.000 beneficiarios totales de nuestras acciones a lo largo de toda nuestra trayectoria). Allí hemos facilitado la construcción e instalación de 12 infraestructuras que han generado más de 28,5 millones de litros de agua potable, beneficiando a un total de 10.240 personas en todo el país.
Para el equipo de AUARA ha sido un placer y una satisfacción compartir unas semanas visitando y conociendo la zona rural de Tharaka, una comunidad especialmente deprimida y en situación de extrema pobreza, junto a Kirira NGO, nuestro principal socio sobre el terreno en este país. Allí hemos vivido y disfrutado de la gran labor que realizan con los niños de la Rescue House, en la localidad de Ciampiú, donde acogen niñas y niños que escapan de sus hogares por la violencia, por la mutilación genital femenina o por ser obligados a un matrimonio infantil por sus familias. Y en esta localidad hemos visto de primera mano los beneficios tanto del tanque en la escuela de secundaria de Tharaka como de los dos tanques en el dispensario médico que hemos conseguido financiar para esta comunidad y que dan servicio a más de 5.000 personas en total.
También hemos visitado otras escuelas de Kirira NGO y han podido conocer los programas de microcréditos dirigidos a mujeres para que puedan emprender y ser independientes. Precisamente, en estas escuelas existen ‘Club antiablación’ donde las niñas de entre 8 y 14 años reciben formación contra la ablación, higiene personal y derecho a la educación.
Un viaje que ha sido solo un alto en el camino para seguir viajando y para seguir llevando agua allí donde se necesita, ¡por muchos más como este!