Montar una empresa es difícil. Montar una empresa social es una locura.
Hace 2 años, recién llegado a España después de varios meses en Etiopía, tuve una conversación decisiva con mi amigo Pablo, una conversación (entre cervezas) sobre los problemas del mundo, la escasez de agua a nivel global y la responsabilidad social de las empresas. Me acuerdo bien, fue el 16 de enero de 2014. Ese día decidimos emprender un proyecto loco que hoy se llama AUARA y está a punto de salir al mercado.
Un mes más tarde, Luis, amigo de mi padre y experto en finanzas y startups se sumó al carro con el mismo entusiasmo o más. No se lo pensó. La verdad es que Pablo y yo a veces hemos pensado que estaba loco. Los tres empezamos una dura travesía por el desierto.
Con el tiempo se han ido incorporando grandes personas al equipo: Quico, José, Jaime, Ana, Sofía, Javieres… Personas que se han lanzado a apoyarnos por “amor al arte”… y que seguramente estén locos también.
“Vamos a vender agua mineral, y con todos los beneficios que consigamos, hacemos proyectos para llevar agua potable a quienes no la tienen”. No sabíamos dónde nos metíamos. 2 años después y a falta de 2 meses para lanzar la marca al mercado, si miro atrás, me doy cuenta de lo difícil que ha sido el camino (y más difícil que va a ser). En 2 años hemos tenido tiempo para conocer un mercado tan difícil como el del agua mineral, para llamar a muchas puertas que no se han abierto, para hacer muchas propuestas que no han ido a ningún sitio, para enviar cientos de emails sin respuesta… Hemos oído sin parar cosas como “es imposible”, “estáis a tiempo de dejarlo”, “buscad otro producto” o “eso del 100% no puede funcionar”. Y damos gracias por ello, porque todo eso nos ha ayudado a ser más fuertes nosotros y el proyecto, a madurar y a aprender más de lo que podíamos imaginar, y sobre todo, mucha paciencia y mucha perseverancia.
En estos 2 años hemos tenido grandes decepciones y temporadas muy difíciles, pero también grandes momentos. Recuerdo cuando Pablo Aguilar, primera persona a la que vimos en Grupo Pascual cuando mendigábamos un socio que nos apoyara, nos dijo: “después de lo que me habéis contado, ya me puedo ir contento a la cama esta noche”, o cuando Borja Pascual nos dijo “os vamos a apoyar en lo que haga falta para que AUARA salga adelante”. También recuerdo cuando cerramos la primera ronda de financiación con familia y amigos, y cuando Eduardo Losada, de 360Cora nos dijo “dejad de buscar financiación, nosotros os la conseguiremos”. Y todas las veces en las que hemos visitado a clientes y nos han dicho “nos encanta”... Hemos tenido buenos subidones, la verdad.
Llegados aquí, sólo puedo dar las gracias por todos los momentos, los buenos y los malos, porque de todos ellos hemos aprendido, y todos nos han ayudado a mejorar un proyecto que, pronto, dejara de ser un proyecto y será una realidad. Ahora viene la parte más difícil, conseguir que mucha gente beba AUARA y, sobre todo, hacer grandes proyectos y llevar agua potable a todos los que podamos, que es para lo que estamos aquí.
Os pido desde aquí que seáis nuestros embajadores. Os necesitamos a todos para que AUARA sea un gran éxito. ¡AUARA no es un proyecto de unos emprendedores, es de todos los que lo hacen posible!
¿Te unes?