Hace mucho calor en el mundo, y cada vez más. En mayo de este año 2024 se ha registrado una temperatura de 52,3º centígrados en Nueva Delhi, todavía un poco por debajo del récord mundial de los casi 58º de 'Aziziya, en Libia, en septiembre de 1922. También en España se están registrando picos de calor casi cada semana, incluso este enero de 2024 se considera el más cálido desde que se tienen registros oficiales.
El verano boreal (el del Hemisferio Norte) es para nosotros nuestro momento más caluroso del año, así que nos parece un momento perfecto para hablar de cómo ese calor, que es una constante en muchos países de África y Asia, muchas veces sin importar la estación del año, afecta al cuerpo humano, sobre todo cuando no hay agua cerca o el agua para beber no está limpia. Las altas temperaturas provocan deshidratación y con ella calambres (la pérdida de electrolitos por la sudoración repercute de manera dolorosa en los músculos), agotamiento general o, en casos más graves, la ralentización de las funciones corporales como la digestión, los riñones, el corazón o incluso el cerebro, que ralentiza su actividad sin el líquido suficiente.
Mantenerse hidratado es el primer paso y el consejo general de cualquier lista de recomendaciones sanitarias. Aquí os dejamos algunos consejos para lograrlo:
Todo esto está muy bien pero, ¿cómo hacerlo si, precisamente, es agua lo que no tenemos? Como decíamos, especialmente en zonas como el Cuerno de África, no solo hace calor, sino que las sequías son una constante, mientras que en India, otra de esas zonas con altas temperaturas que muchas veces superan los 45º, son miles las personas que mueren cada año por golpes de calor y deshidratación. Y no solo eso, sino que la insalubridad de muchas de las fuentes de agua públicas, así como de los ríos y manantiales, hacen que proliferen enfermedades como la diarrea que, en fin, provoca aún más deshidratación. En todo el mundo, todavía se cuentan por millones -más de 700- las personas que no tienen acceso un servicio básico de agua, y también muchas las que tienen que caminar varios kilómetros, bajo el sol, para ir a buscarla. Y la terrible muestra de las consecuencias de todo ello es que cada día mueren mil niños en todo el mundo por falta de agua.
Es vital beber agua, en todos los lugares del mundo, todos los días y especialmente con el calor. Pero es vital también abordar los problemas de acceso al agua potable y la gestión sostenible de los recursos hídricos para mejorar la resiliencia de estas comunidades frente al cambio climático y sus efectos devastadores. Los pozos y sanitarios que promovemos desde AUARA están destinados a ser pequeños pasos para hidratar a todo el mundo, en todas partes, de manera equitativa. Beber para aliviar el calor, beber agua limpia para aliviar la pobreza.